domingo, 10 de marzo de 2019

Primera persona

Las narrativas de las mujeres en primera persona son el grito necesario que combate siglos de silencio. Llamémosle de nuevo autorreferencialidad, no pasa nada, es legítimo, es sano.

El día 6 de abril se estrena en Coruña, en el Centro Social a Comuna, el documental Zauriak- Heridas. Maier Irigoien Ulaiar, Isabel Sáez Perez e Iker Otz Elgorriaga son sus creadoras, y ya las siento amigas.

El documental se rodó este verano, o al menos mi entrevista. Fue un día precioso, de nervios, discurso, orgullo loco, viento, y albariño. Lo mejor de estar loca es formar parte de esta red de cariño y pensamiento disidente, que cada vez es más grande, y más tupida. De lana calentita, de seda, de algodón, y también de pinchos y piercings y cuero.

Lo peor de estar loca es el cansancio del trauma, que te obliga a parar de tanto en tanto, porque, a mí por lo menos, ese cansancio me viene en forma de euforias impredecibles (aunque sean productivas en lo intelectual, en lo político..), de agotamiento emocional a veces insoportable, y de tristezas antiquísimas y pendientes de llorar, muchas todavía en lista de espera. Ciclos afortunadamente cortos y manejables, pero aún así injustos, porque nacer en un determinado lugar del reparto de poder te expone a muchísimas más injusticias. Lo peor de estar loca es darte cuenta de que has aguantado un montón de violencia innecesaria porque estabas socializada para aguantarla, incluso para intentar comprenderla hasta cuando ya no podías más. Y si no era comprenderla, era negarla, la versión más frecuente, y más peligrosa, porque negar el daño parece que nos minimiza el daño, cuando lo que hace es ponernos en situación de no reconocer el daño siguiente.

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