sábado, 21 de noviembre de 2020

De profundis insomnia

Llevados son mis sueños por las horas

elásticas, torbellinas, preocupadas, 

laboriosas en círculos y sanas 

insumisas del ritmo que en mí adoras.



Por más intentos de dormir ahora

que hiciese con pastilla o voltereta

no querría esta noche más repleta 

de luz que de batalla turbadora.



Por suerte se agigantan pocas veces

de un lado a otro del sol bien ocupado

como sombras que murmuran, sí, problemas,



y otras, luces de marea en tanto grado

que una siente que las pesca, como peces

y las cuenta abrazaditas en la arena.


 

Barroca tú

Perla extraña, irrupción de la vida, 

guarda para la rima un participio,

no temas de la noche el precipicio

ni digas tu pasión mal merecida.


Busca del mundo imágenes oscuras

que puedan discurrir con tu lamento,

y no pierdas cuidado en sufrimiento

que mal competirá con tu locura.


No siendo ya enemiga, si la entiendes

habrá de concederte más ventura

que tanta normalidad despiadada


pues no es desolación, ni pena dura,

que aquello que nos cuenta, desvelada, 

formas son de vivir, resplandecientes.

domingo, 1 de noviembre de 2020

De cómo se vio ella un día cualquiera

Música de tarde en tarde, cual pieza 

ensimismada que una espera elabora

ya es todo lo que pido en esta hora 

de cambiarte misterio por llaneza

 

Sin apremios puede el alba sorprender

sueño tan profundo como un río

que de tu descansar tranquilo al mío

memorias de placer nocturnas recorriera.

 

En la soledad valiente, alcanzan

forma y luz tal elocuencia, que podría

reducir temores, redoblar paciencia


afinar el gusto, construir tal balsa

que la libertad en ella consecuencia 

fuera de dejar ir, con amor, a quien quería.