miércoles, 29 de diciembre de 2010

Coleman on Bach - Ornette Coleman @ Gent Jazz 2010

Un humilde regalo de año nuevo, una fusión entre el barroco de J.S. Bach y el Free Jazz de
Ornette Coleman. Una mezcla nada inocente para una época muy barroca en su decadencia política y muy poco free para todo lo que nos merecemos. Menos mal que del siglo XX nos queda el jazz, para soñar con mundos que soñaban con la Libertad, con mayúsculas. Martin Luther King tenía un sueño, y yo tengo otro, que es la despatologización de la angustia existencial.

Feliz año nuevo, feliz intento, feliz rabia de resistir. Y mucha atención a las felicidades pequeñas, las que pasan inadvertidas, las que nos hacen ser quien somos, sin complejos ni culpas.


martes, 28 de diciembre de 2010

¿Pero qué le pasa a esta tía?

Esta tía debo ser yo, con mis particulares visiones del hecho delirante. Parece que hago proselitismo del mismo, parece que digo...¡anímese usted a delirar un poquito, verá qué bien le sienta...! a veces lo hago, también es cierto.

No es exactamente eso, la mayor parte de la gente vive su vida completita sin haber estado ahí ni por asomo, afortunadamente para ellos no saben lo que es la psicosis, ni la cantidad de miedo que se puede tener, sólo comparable al de cualquier persona que vive bajo bombardeos constantes o amenaza de muerte, pues es así como puede una llegar a sentirse. También es cierto que no lo quieren saber, yo en su lugar haría lo mismo.

La psicosis es fea, mala, indeseable, horrible. Psicosis caca. Yo no la quiero ni tú tampoco, ni para mi ni para nadie. Creo que en esto estamos todos de acuerdo, hasta yo me apuntaría a la medicación llegado el caso.

Mi particular gestión de estos asuntos llegó por un proceso de rechazo al sistema psiquiátrico, por una conciencia de cuidarse alternativa a la forma que tal sistema me ofrecía. No tengo ni la más remota idea de porque algunas personas deliramos y otras no, en eso creo que me parezco a los profesionales, que tampoco lo tienen muy claro. Lo que puedo saber de estos asuntos es por mi experiencia, y mi experiencia me enseña que hay variaciones sustanciales en la manifestación de estos estados. La psicosis es una, y las demás vinieron de dos premisas que adopté bajo mi cuenta y riesgo:
- Neutralizar la psicosis
- Negarme a todo tipo de tratamiento "oficial"

Partiendo de estas premisas, y viendo que resultaba bastante inevitable delirar de vez en cuando, APRENDÍ a delirar con el mínimo riesgo, entendiendo como riesgos unos cuantos:
- riesgo de psiquiatrización, que me vean tan mal que alguien llame a los servicios de salud en modo emergencia, o en su defecto intenten convencerme de que acuda a ellos.
- riesgo de generar alarma y preocupación en mis allegados, íntimamente vinculado al primero
- riesgo de "hacer el ridículo", exteriorizar las ideas más alejadas de la razón práctica y del sentir general.
- riesgo de dependencia económica, si la intensidad del delirio me impididiese desarrollar mis actividades habituales (como me dedico a la pintura, a veces son estas actividades las que se intensifican, puesto que pintar permite exteriorizar de forma abstracta ideas o pensamientos que verbalizados generarían cierta extrañeza en el oyente)

En la tarea de alcanzar estos objetivos, me propuse una selección del material mental durante esos días. Me agarro a los pensamientos más positivos, más naïf, capaces de hacer sonreir, me vuelvo más atenta y sensible a las buenas noticias, que busco por todas partes. Intento dedicar todo el tiempo que puedo a las actividades que más me gustan, ya que me refuerzan el buen rollito, y combato la ansiedad que me puedan generar algunos pensamientos concretos bailando, cantando, pintando, cualquier cosa sublimadora de pensamientos confusos.

Lo que proyecto hacia afuera en esos días es una mezcla de euforia e hiperactividad, y por esa combinación de estados han aprendido mis amigos a saber que estoy "volando", así que si me quieren acompañar (cosa que agradezco muchísimo y disfruto) les toca salir más, ir a más conciertos, venir a comer a mi casa con sesiones musicales, hablar de filosofía, de retos científicos para el futuro, de pacifismo, de ecologismo, de estados de conciencia...una hippiada tras otra, gran descubrimiento antipsicótico. Supongo que lo que pide el cuerpo y la mente es evasión, y poner en valor lo que se supone debería ser un contratiempo. ¿toca delirar?, pues saquémosle provecho! en buena compañía todo se lleva mejor, hasta eso.

De puertas para adentro el delirio también son lloreras, consecuencia de la hipersensibilidad ante cualquier asunto que la merezca, y en este mundo hay demasiadas personas pasándolo muy mal. Así que lloro por ellas, ya que no rezo porque no soy creyente.

Y si me dan a elegir, me siento más yo cuando no deliro, pero no me siento otra cuando lo hago, para quién todavía se crea la chorrada de la doble personalidad, sobradamente alimentada por la industria cinematográfica, habitualmente experta en simplificaciones nada inocentes, por otra parte.

Pero si toca delirar, prefiero hacerlo a mi manera, sin medicación y sin miedo. Creo que cualquiera que se lo propusiese podría conseguirlo, siempre que empezase por quererse y respetarse en cualquier circunstancia, con más razón cuando más se necesita.

Lo que me da más fuerza, en cualquier caso, es la conciencia disidente, el saber que las cosas pueden ser de formas muy diferentes a la versión oficial. En este punto me vuelvo radicalmente antipsiquiátrica, con la locura también se resiste a todo lo que no nos gusta del mundo que nos rodea.

martes, 14 de diciembre de 2010

Razón delirante

Acostumbro a ver bastante la tele para poder disimular, hacerme una idea de lo que se considera normal y lo que no, lo que se lleva, las últimas tendencias en opinión, gestualidad, moral, relaciones humanas, interacciones comunicativas, sudaderas para miniperritos...

El resultado suele ser "pues si a esto lo llaman normal..."

Siempre hay excepciones. Afortunadamente (para la tele).
Vamos con ellas,un repaso a la semana:

Buenafuente, como encogido, entrevista a Juan José Millás. Y este señor listo listísimo se pone a hablar de alucinaciones inversas, y lo explica. Una alucinación es ver algo que no está, y una alucinación inversa es no ver algo que sí está. Como por ejemplo los psiquiatras que no ven las recuperaciones. Es que no están(en su consulta)

Un programa cultural de la 2 dedicado a la filósofa María Zambrano, cuyo mayor logro conceptual es la formulación de la "razón poética". Y dicen lo siguiente, de ella y de su poética razón: "no se parece a nadie", "no está en los programas universitarios porque es inclasificable", "su pensamiento no es sistemático", "su pensamiento puede hacerte divagar, perderte, sobre todo si el amor guía tu lectura", "habla de lo invisible, de la intuición, de lo inaprensible".

Sacar esto de la tele es como sacar agua de un pozo seco. Además de pedirme su libro voy a contaros un secreto: la razón delirante se parece bastante a lo que no se parece a nada, tampoco la enseñan en las universidades, (aunque sí la manera de patologizarla, despreciarla, tenerle miedo y asociarla solo al miedo, farmacologizarla y bla bla bla), la razón delirante es rabiosamente ecléctica, y por tanto las posibilidades de divagar y perderse forman parte del razonamiento. Y por último, tiene una querencia especial por lo invisible, inaprensible, incognoscible e intuitivo.

Las personas no razonamos de una única forma. No existe lo que se llama la Razón, así en absoluto. La Razón, así entendida, es un constructo intelectual depositario de muchas "razones", que a modo de sedimento se han ido depositando a lo largo de los siglos, con mayor fortuna de unas sobre otras según intereses dominantes. Actualmente conviven tantas razones heredadas de los diferentes sistemas filosóficos que sería largo enumerarlas todas, cada razón emana de una forma de ver el mundo, o si se prefiere, de una forma de utilizarlo para nuestro provecho, sea este material, intelectual, espiritual...

Si quieres construir un avión será de utilidad la razón técnica y científica, si quieres agarrarte a una idea de trascendencia que te quite la angustia de la mortalidad será de utilidad la razón teológica, si quieres disfrutar del amor será bueno usar razones del corazón, lo que quiera que eso signifique. Y así van apareciendo razones que ni sabíamos que existían, o que no les dábamos esa categoría, quizá por pensar que la única razón existente eran las leyes de la lógica aristotélica, o las de Newton, o las Críticas de Kant.

¿Cual es la mejor razón? ¿cuál es la mejor comida?¿cual es la mejor persona?¿el mejor trabajo? ¿la mejor obra de arte? La razón de la competencia, suma y sigue.

Las razones, puesto que les hemos dado carácter de "realidad", están para usarlas inteligentemente. Entendida la inteligencia como la capacidad de procurar el mejor provecho para uno mismo y para los otros. Para procurar lo bueno, como diría Spinoza, y que lo explica como aquello que sienta bien, que ayuda a estar mejor.

La razón delirante sirve a quien la respeta y conoce su medida, y con ello su mesura y desmesura. A quien, no temiéndola, tampoco le otorga categoría de absoluto, entendiendo que es un modo de conciencia más de aquellos que conoce, y con los que quiere mantener relaciones de conocimiento en equilibrio. Pero la razón delirante está tomada por los muros de las otras, ahogada en maleza secular de rechazo e incomprensión, de juicios y condenas durísimos que sólo se reservan para lo que no se comprende ni se quiere comprender, quizá porque toca lo más invisible de lo invisible, lo inefable.

La razón delirante no es necesariamente poética, aunque puede serlo, no es necesariamnete musical, aunque también puede serlo. Lejos del oficio artístico, que puede, a su vez, ser o no delirante, el delirio es, ante todo, una forma más de ver el mundo, de dejar que el mundo entre en nosotros de una determinada manera, de prestar atención a posibilidades interpretativas nuevas, que pueden influir en lo sensorial, en lo intelectual, en lo emocional, en una de esas áreas o en todas a la vez, como no hay programa tampoco se da nada por supuesto. El encanto reside en la sorpresa ¿cómo se manifestará esta vez?, ¿qué aprenderé?, ¿qué sentiré? Recuerdo un eslogan publicitario, no sé si de coches o preservativos, que decía "la potencia sin control no sirve de nada" Pues eso. Ya que el delirio es básicamente potencia(entendida en el sentido aristotélico de posibilidad,)el control se activa pulsando diferentes teclas:

- La experiencia, que permite no tenerle miedo.
- La responsabilidad, que evita causar daños, a uno mismo o a los demás.
- La divulgación, que tranquiliza al entorno.
- La autoestima, que impide sentirse enferma.
- El gusto por la filosofía, que permite aprovechar la experiencia.
- La razón dominante, que sirve de puente y de freno si es necesario.
- La confianza, que mantiene a raya la psicosis.

Es un poco como la diferencia entre tomar drogas a lo chorra y tomarlas con sabiduría, moderación y buena compañía(aunque sea para hacer chorradas).

Lo único que no puedo controlar es el comienzo. Conscientemente no lo busco, pero por lo menos cuando toca sé qué hacer con él. Durante el proceso adelgazo muchísimo, y cuando termina me quedo aliviada porque puedo suspender el control. Aliviada y cansada psicológicamente, supongo que también se debe a la pérdida de peso, aunque el cansancio dura pocos días. Luego, durante una temporada, pienso sobre eso, ya fuera, sorprendida de haber estado ahí otra vez. Y lo que se refuerza siempre es la alegría, el buen humor, la reivindicación de estos estados como no patológicos, la capacidad de disfrutar el día a día, de que cada lugar y momento, si quieres, es el mejor del mundo.

En cierto grado, todos conocemos la razón delirante, esa especie de clic que se activa no sabemos por qué ni para qué, pero que nos deja dudando de la realidad automática, que nos sumerge, aunque solo sea un momento, en el centro de una especie de ensueño en medio de la vigilia. Con los años he llegado a conocer miles de historias de la irrealidad de los otros, y siempre pienso que hay algo bonito e invisible dentro de nosotros que no nos cuentan en la escuela. Si se vive con miedo o vergüenza,(propios o ajenos) hace sufrir mucho.

Los sueños dulces y las pesadillas beben de la misma razón onírica.



Sapere aude (Atrévete a saber)

jueves, 2 de diciembre de 2010

Amigos

¿Cómo se hace una amiga de alguien?

- Con química, de repente alguien te cae bien y tú le caes bien, es un buen comienzo. A lo mejor la vuelves a ver, a lo mejor no, pero es un buen punto de partida.

- Con admiración, tú admiras, la otra persona también. La admiración es lo contrario de la envidia, piensas que esa persona tiene cualidades que la hacen merecer buena suerte, tú le deseas esa buena suerte, ayudas a que la tenga en la medida de tus posibilidades, y ella a ti.

- Con respeto, te esfuerzas por conocer al otro, y eso implica respetar su espacio, su dinámica. Hay gente que te llama mucho, otra que te llama menos, no estás contando, estás disfrutando cuando toca. No puedes exigir lo que no das, tampoco puedes exigir lo que das, en general es mejor no exigir nada.

- Con libertad, la amistad es una forma de amor, el amor sin libertad se parece al amor, pero es otra cosa.

- Con humildad
- Con atención
- Con optimismo
- Con generosidad
- Con ilusión
- Con paciencia

Nadie es perfecto, las decepciones vienen muchas veces por no entender algo tan simple.

Un amigo es un tesoro, una fuente de alegría y de conocimiento, una aventura que no acaba nunca. Y cada amigo es único.

Si cada persona que lee esto escribiera su propia entrada con este título, tendríamos tantas entradas diferentes como personas que las escribiesen. Si queréis completar la mía con los comentarios, estais invitados.

Con amigos somos más y mejor.