miércoles, 6 de marzo de 2019

Política autorreferencial

Este blog es muy autorreferencial. ¿Qué esperabas con este título? Dicen por ahí que lo personal es político, y que el feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas. La primera idea es de Kate Millet, mujer feminista y loca. La segunda es de Ángela Davis, mujer feminista y negra. No es causalidad que las mejores ideas vengan de los márgenes de un mundo dominado por los valores patriarcales.

Son las mejores ideas porque son las que están cambiando el mundo. Así que no hay nada malo en la autorreferencialidad, desde este punto de vista. Cuando empezó este blog, nadie escuchaba a las locas, con la única excepción de Kate Millet, cuya obra "Política sexual" (1970), marcó un antes y un después en la conceptualización del patriarcado como sistema de opresión con características específicas, que se cuelan en el dormitorio, la cocina, los lugares de trabajo, la escuela...

Pero Kate, recientemente fallecida, escribió también un libro centrado en el tema de la locura y el sistema capacitista de opresión contra las personas con discapacidades psíquicas. Su título original, The loony bin trip, acaba de ser maltraducido como Viaje al manicomio, y editado por Seix Barral este mismo año. Recién salido del horno en castellano. Todavía no he tenido la oportunidad de leerlo, pero le tengo ganas. Había intentado conseguirlo en inglés, pero nadie daba noticias de conocerlo. Así que ahora, por fin, ya se puede leer.

Hoy mismo se publica también, en Madinamericahispanohablante (una publicación web dedicada a vincular locura, comunidad y derechos humanos), un artículo de Beatriz Yudich, titulado La rebelión contra la psiquiatría y el patriarcado, enlazando la lucha por los derechos civiles de las personas diagnosticadas con otras luchas contra el patriarcado, el racismo o el extractivismo. La pancarta de la foto que ilustra el artículo está aquí mismo, en la misma habitación donde escribo esto, detrás de mí, pendiente de reparaciones para sacarla de nuevo el día 8 de marzo. Un orgullo que nuestra modesta pancarta, paseada en Lugo el pasado domingo 3 de marzo, dé vueltas por el mundo

Así que me siento orgullosa, de mi locura y de mi pancarta, y no es para menos. Nada hay de vergonzoso en mis experiencias conociendo la locura, ni mucho menos en mi activismo para devolverle un lugar digno a estas experiencias, el lugar de los derechos humanos, cada vez más en peligro.

Para que el feminismo avance necesitamos a los hombres. O quizá lo que quiero decir es que los hombres necesitan el feminismo tanto o más que nosotras. La mayoría de problemas que les aquejan más de forma específica (suicidios, adicciones, accidentes de tráfico...), tienen su origen también en modelos de masculinidad basados en valores que no respetan la vida, entendida como vida digna (sin violencias de ninguna clase, ni físicas, ni psicológicas, ni laborales...) En fin, a ellos les cuesta verlo, y nosotras nos sobrecarga que les cueste. Vamos a pensar que, con algunos por lo menos, hay esperanza.

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