Es importante el ambiente de estudio, así como los propósitos, el ritmo y los descansos.
En un ambiente limpio y poco contaminado intelectualmente, las ideas fluyen con suavidad, se retroalimentan en el sentido que van cobrando, se encabalgan y encajan hasta formar sistemas, se comparten con ilusión y libertad, se comparten para retroalimentarse y crecer con las ideas de los otros, aunque sean muy diferentes o incluso opuestas. Se ven como parte de un todo solidario destinado a hacer crecer ilimitadamente el Saber con mayúsculas, y este, a su vez, se pone al servicio de las personas para su uso, disfrute y mejora de la vida, sea su contenido cultural, médico, tecnológico, político...etc.
Cuando el ambiente está enrarecido, y emponzoñado por intereses que se resumen en la expresión "todo por la pasta", la fluidez se acartona, las ideas se connotan como convenientes o, por el contrario, disidentes, y se establece una jerarquía entre ellas, que pasan a competir de forma nada igualitaria. Esta falta de igualdad se materializa con la ayuda de los prejuicios, que consisten en simplificaciones-trampa de las ideas del grupo "disidentes".
Los propósitos del estudio pueden ser muchos. El más elevado, y es una opinión personal, es aquel que busca el mayor beneficio para el mayor número de personas, basado en la idea de la persona como ser abierto, complejo e interdependiente, capaz de acertar, de equivocarse, de rectificar, de aprender, etc...
Cuando el propósito no es ese, sino otro más limitado e interesado socioeconómicamente, el estudio puede ser un encargo al servicio de esos mismos intereses, con lo cual su validez no será tan universal, ni tan benéfica excepto para ese grupo en concreto.
En una sociedad abundante en grupos de interés socioeconómico, y con un reparto del poder de estos grupos abiertamente desigual, el propósito más elevado puede colisionar estrepitosamente con estos grupos, y pasar a ser considerado algo irrelevante, cuando no pernicioso o inconveniente. Puede suceder que al estudio guiado por elevados propósitos se le silencie, se le ataque, se le combata con herramientas dialécticas de destrucción masiva.
Cuando el propósito es únicamente combatir a los grupos de más poder, de forma estratégica, las ideas se ponen al servicio de esta causa, y no del saber en general. Estamos hablando de ideología, cuando un conjunto de ideas funcionan, en bloque, como arma política, dejando de lado casi cualquier otra consideración en relación al conocimiento per se. La ideología simplifica mucho las técnicas de estudio, con un poco de memoria es suficiente. La ideología está por todas partes, en todas las profesiones.
El ritmo es muy personal, y conviene que sea constante, no a trompicones, aunque cada cual lo lleva como puede. Y el descanso es buenísimo para la salud.
Buenas noches.
Muy buen aporte. Considero que los resúmenes, cuadros y esquemas constituyen las técnicas más efectivas para estudiar. Por otra parte, crear un buen ambiente y generar diferentes hábitos de estudio es indispensable a la hora de adquirir conocimientos.
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