Busco música especial para escuchar ahora mismo, mientras escribo,y encuentro "Silent movies", de Marc Ribot. Dejo el título de la entrada para el final, ya saldrá algo. Conservo todavía algún nudo de emoción de la última peli que lo consiguió, y no traigo nada para comer porque no tengo hambre. Intentaré fumar poco y escribir poco también. Me refería a escribir despacio, pero me cuesta.
Acabo de leer la última entrada de El rincón de las palabras, y me queda una mezcla de miedo y esperanza. Miedo por lo de siempre, por lo de siempre, por lo de siempre...da miedo. No me tengo miedo a mí, ya no, pero sí a "ellos", los del relato de Dosky (leedlo, por favor, se llama "Ingreso(In)-Voluntario", y está inspirado en hechos cotidianamente reales) Pienso que no quiero estigmatizar en bloque a ningún colectivo profesional, no es justo, no es inteligente, no es serio. No lo hago, no me lo permito, pero historias como la de Dosky me llenan el corazón de rabia.
Como si Marc Ribot pudiera escucharme como yo a él, comienza un guitarreo errante, doliente, extraño. Dejo de escribir y escucho. Tengo sed. Me voy a perder un tema mientras voy a la cocina. No importa, no tengo prisa. Mientras el agua cae desde la jarra al vaso me siento en calma, al volver ya no tengo miedo, sólo ganas de fumar.
La música y yo hace ya rato que hablamos, a solas, aunque ahora estés tú, o vosotros, conmigo. Qué bien estar acompañada, gracias. Fue una buena idea crear este blog, en serio que lo fue. No podía imaginarme al principio la de fuerza que me iba a dar, que me sigue dando. Tenía mucha razón el último psiquiatra de Dosky, no se puede privar a nadie de la dignidad de la comunicación, somos tan poca cosa sin ella.
Así que al final vamos a hablar de la comunicación, parece que esta noche me lleva por ahí. ¿Cuántos ingresos, voluntarios o no, evitaría? A mí, desde luego, me ha evitado unos cuantos, me voy a quedar sin saber el número, y qué bien no saber de números. Qué bien haber olvidado el sabor de las pastillas, cuánto lo siento por la industria farmacéutica, cuánto más quiero sentirlo.
¿Crees que más gente podría controlarlo como tú, sin medicación?, me preguntaste el domingo. Es una pregunta compleja, con muchas respuestas complejas. Por ejemplo ¿cuánta gente lo hace ya?, mucho me temo que no interesan en absoluto estudios sobre esta cuestión, también tengo mis dudas sobre la disposición voluntaria a participar en ellos. Otra respuesta ¿cuánta gente estaría dispuesta a arriesgarse por una senda tan poco transitada? ¿tan llena de maleza y bichería agazapada entre las conciencias?Otra respuesta es no lo sé. Otra respuesta es quién soy yo para saberlo.
Sobre mí puedo hacer y deshacer, de momento mando yo en mis pensamientos. Capitanear este barco es mi tarea existencial, mi responsabilidad. Elegir un verbo para contarlo implica acción, implica conjugarlo también, contigo, con vosotros, con quien haga falta y esté por la labor, por el viaje, por el mar llenando la boca y el pelo de sal, por las tormentas si las hubiese.
Todavía no he encontrado las causas de tal peculiar tarea, o encuentro tantas y tan diferentes que no me atrevo a destacar ninguna. Pero le llevo ventaja a los científicos, porque tengo mi información y la suya, además de la voluntad y la rabia de resistir sin ceder a sus creencias, tan erráticas, o más, que las mías al respecto. Ellos tienen teorías y poder, yo tengo refutaciones, experiencia y confianza.
Banda sonora para esta guerra, Ultime Cosmos, seguimos con Marc Ribot. Esta guerra es dialéctica y juguetona, puedo hacerme amiga de mis contrincantes, de todos los que compartan el mismo espíritu deportivo. Podemos jugar partidos amistosos, y salir luego de farra, o podemos hacer un solo equipo y jugar juntos. Estaría bien, está bien, pero esto no ha hecho más que empezar, y todos los Doskys del mundo tienen que poder escribir donde les de la gana y vestidos como les de la gana, sin demora, hay prisa, para eso sí.
VAMOS JUNTOS
ResponderEliminarCon tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
compañero te desvela
la misma suerte que a mí
prometiste y prometí
encender esta candela
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.
Se me olvidó decir que el poema es del gran Mario Benedetti, pa quien no lo conozca. Mis disculpas.
ResponderEliminarFantastica como siempre.
ResponderEliminarAbrazos.
Esta cambiando todo tanto en mi cabecita!!!
ResponderEliminarGracias y garcias.
Besos.
A Benedetti lo llevo siempre en el corazón, como a todos vosotros desde que empezó esta aventura.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Raúl, Almu, Jesús, Amaia...y todos los demás.