viernes, 10 de febrero de 2012

Ideas para desayunar un sábado

La esquizofrenia no está.

Hace unos meses, cuatro alegres mozalbetes aparecieron en la televisión pública realizando una interesante performance. Ellos, locos los cuatro, se pusieron de acuerdo para disfrazarse. Sustituyeron su raído y cotidiano camisón blanco modelo psiquiátrico por un look más ciudadano, un uniforme discreto y adecuado, modelo capitalismo mundial, algo como pantalones, camisas, esas cosas. Dejaron el habitual embudo sobre la cabeza en sus respectivas casas y se pasaron un peine mojado por el pelo para dar una imagen adecuada, consiguiendo disimular el característico aplastamiento producido por décadas de embudo metálico.

Ya con esta nueva imagen, se sometieron voluntariamente a una entrevista-tertulia, dinamizada por una más dinámica aún presentadora modelo capitalismo mediático, despistadilla en cuanto al tema objeto de la entrevista, cosas de las prisas de la tele.

Los cuatro locos fantásticos, fieles a su guión, desarrollaron con acierto y sincronía cuatro discursos diferentes, aunque similares en fondo y forma. Hablaron de derechos, de hacer actividades diversas, de nuevo de derechos, de cosas que les hacían sentir bien, y casi conteniendo la risa, de lo normales que todos eran. La presentadora, despistadilla ella, se perdió unas cuantas veces. No terminaba de coger el chiste. Llegó incluso a afirmar, en cierto momento de la entrevista, algo así como que no sabía lo que se tenía que notar, ¿pero notar el qué?, llegó a decir textualmente. Sigue siendo un misterio la razón de estas palabras.

Importantes antropólogos de todo el mundo preparan una tesis conjunta. El proyecto tendrá forma de película-documental de aventuras y risa. De momento sólo sabemos el título: En busca de la esquizofrenia perdida. De producción nos adelantan que el protagonista, con toda probabilidad, llevará botas negras tipo Doctor Martens, o en su defecto, si no las encuentran a buen precio, zapatillas tipo converse, converse, no se corte.

¿Encontrarán las esquizofrenias perdidas? ¿Sabrán distinguirlas ocultas en las performances? ¿La locura nace o se hace? ¿Y si se deshace? ¿Y si se reinventa? ¿Y si no está?

(Continuará en la zona comentarios...es posible que algún amable lector aporte documentación audiovisual complementaria)

8 comentarios:

  1. Buenos días, no se referirá usted a esto:

    http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-26-09-11/1207323/

    A partir del min. 32 o 38 que ya no recuerdo.

    Feliz fin de semana. bs.

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  2. gracias Etiquetada por el aporte, lo reblogueo inmediatamente.
    Raul que extraño escuchar tu voz y verte en movimiento.... en tres dimensiones sería ya la bomba.... Estos programas estan bien, hace falta cada paso para hace un camino,....pero la audiencia de la dos no es el objetivo del cambio. A la cadena que hay que acudir es a telecinco, los que han de cambiar son los que ven telecinco... que por cierto son la mayoría.
    Genial el programa.
    Abrazos.

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  3. Me parece cruel hablar de un aplastamiento que pareces sugerir a causa de los años de tomar medicamento, cuando precisamente el tiempo acaba matizando su apercibimiento externo (parece que una cosa no te entra, el lento poder organizador de un neuroléptico frente al devastador desorganizador de una psicosis o cualquier droga de abuso). Yo no he visto aplastamiento en los Nikosianos. El efecto subjetivo es modulación. Ese lento expresarse como un Koala, a veces. Y freno a los desbocados arranques, es cierto. Hablando de mí, en directo, siempre he sido vehemente. Si quieres una frase contundente, la medicación me ha debastado las aristas de mi personalidad. Sí, soy más bonachón, y no pasa nada. Antes era un lerdo. El resto, no tengo la fortuna de un rico mundo imaginario. O todo pájaros en la cabeza o un páramo desierto. Pocos contrastes connotativos. Y por encima inestable afectivamente. Ahí es nada y todo. No aspiro a ser normal porque, quitando lo que pueda aparentar, como en general la gente no soy. Reivindico ser competente en lo mío obviamente, de poder no es justo estar marcado a fuego por una discriminación a priori (un prejuicio). Todos merecemos nuestra oportunidad. Pero el trasfondo es el que es, entre otras muchas loterías que la vida te puede hacer padecer a mí me ha tocado un disturbio mental. Respeto que no quieras soltar lastre pero te falta consideración.

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  4. dicho correctamente: desbastar, de limar, pulir, redondear... tornear lo basto.

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  5. Ancar, el aplastamiento era un efecto estético del embudo en la cabeza. De las imágenes paródicas de los locos, una muy frecuente era presentarnos con un camisón blanco sucio y desgastado, y un embudo en la cabeza. Nunca entendí muy bien lo del embudo, pero forma parte de esa imagen. El aplastamiento al que me refiero tiene que ver con esa imagen, y con nimaginarme, simbólicamente, que si un personaje de cómic, por ejemplo, lleva un embudo durante muchas viñetas, cuando se lo quita le queda el pelo aplastado. Por eso lo del aplastamiento y el peine.

    Como ves, no tiene nada que ver con la medicación, aunque como todo relato es metáfora, da lugar a diferentes interpretaciones. Es interesante que tú le hayas dado esa, y ya que se la diste, aprovecho para hablar de la medicación:

    La medicación es una cuestión muy personal. Yo no tengo nada en contra de que las personas decidan, por sí mismas, que viven mejor tomándola que sin tomarla, todo lo contrario. Pero estoy en contra de que se medique a la fuerza, o de que a las persona se les diga que es imposible tratarse de otra forma diferente, porque no es cierto (y lo sé por experiencia). Nada más, creo que en este párrafo, que no es ficción sino opinión, no puedes interpretar lo mismo que antes ¿verdad? Bueno, espero haberme explicado bien.


    A mí no me ha tocado un disturbio mental, me han tocado unos cuantos. Los dos primeros fueron con medicación, y descubrí que no me gustaba tomarla, y que prefería aprender a manejarlos sin ella, nada más, y tuve la suerte de que las personas queridas que en esos momentos estuvieron conmigo respetaron mi decisión. Cada uno de ellos, de esos disturbios como tú los llamas, fue igual y también diferente a los anteriores. Hubo sensaciones parecidas en todos ellos, y al mismo tiempo diferencias, pues yo me encontraba en momentos distintos. No me considero normal porque no sé lo que es eso, pero tengo claro que no me considero menos (ni más) que nadie que no los hubiera tenido. Y tampoco me considero enferma por ser hipersensible al estrés emocional(más bien me parece un rasgo humano bastante comprensible), que es siempre el desencadenante de todos ellos. Para mí es una característica de mi manera de percibir el mundo y de reaccionar ante lo que me sucede, desde luego no una enfermedad. Pero cada uno, a sus cosas, las llama como quiere, que para eso son suyas.

    Y a todo esto, gracias por pasarte, Ancar, que vaya todo muy bien.
    Un abrazo.

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  6. Hola Miguel, gracias por darle difusión a la entrevista, a mi me emocionó mucho verlos en la tele, defendiendo con tanta dignidad nuestros derechos. Pero discrepo contigo en lo de telecinco, me parece una cadena sensacionalista y cutre que nunca jamás podría hacer algo así con delicadeza. Lo haría a su manera, buscando el morbo, y haría más daño que bien. Creo que la cantidad de gente a la que le lleguen los mensajes está bien, pero no a cualquier precio. Sobre esto siempre he pensado que, tristemente, de problemas mentales no se libra mucha gente, a todos les toca más o menos cerca. Quien no tiene un padre, tiene una amiga, o un hermano, o se tiene a sí misma para conocerlos en primera persona. Si te interesa el tema desde un punto de vista social, reivindicativo, informativo, etc, la gente no va a buscar respuestas a telecinco, se corre la voz, se va a internet, la información circula por todas partes, hay que saber buscarla. Es cierto que no todo el mundo tiene internet ni está familiarizado con él, pero ahí entráis los profesionales: vosotros sí que tenéis acceso a los usuarios, a sus dudas, a sus quejas (si se las dejan expresar), a sus demandas. Los que estáis comprometidos con fomentar la autonomía, la autoestima y todos los auto-cuidados del mundo, siempre podéis incluír, en vuestras recomendaciones, la posiblidad de asociarse, proporcionando información completa sobre los recursos asociativos. Si todos lo hacéis, las buenas ideas cogen fuerza en progresión geométrica.

    Así que, Miguel psiquiatra estupendo, señor agente de empoderamiento, ánimo, estamos juntos y (casi) del mismo lado. ¿borramos el (casi)?
    Un abrazo.

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    1. ¿tu te imaginas que un dia terelu, o la Esteban dijesen que son esquizofrénicas? ¿que ganase gran hermano un nikosiano?....
      La mejor campaña para la prevención del cáncer de mama fue que la mujer de Bush padre padeciese cáncer de mama, la mejor campaña para la normalización del Down fue cuando un chaval con down actuó en una serie de tele5.
      Cuando se da una conferencia sobre la crianza de los niños vienen las madres que no necesitan oir esa conferencia. La gente que escucha los debates de la dos -quiero pensar que- tiene ya un nivel que sabe que esquizofrenico es un adjetivo y no un sustantivo. Esos están ya educados, los de telecinco -cadena con mayor audiencia- no lo saben.
      Por eso lo decía... "enseñar al que no sabe" frente a "llover sobre mojado".

      Lo de estar del mismo lado... por supuesto. Habra que plantearse (tema que surgió en su día) establecer un decálogo, un credo, que indique que es estar en este lado - el lado de la otra psiquiatría- que sería algo así como "permitir que el otro tome decisiones, dudar de uno mismo y de la ciencia imperante, escuchar antes de juzgar, creer en el otro y su capacidad de cambio, etc..."
      Abrazos desde el mismo lado.

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  7. Miguel, de verdad, no creo que adelantase mucho que Belén Esteban dijese nada. Pero me quedo con la duda, por si acaso.
    El tema de los psiquiatras lo digo porque se presupone una autoridad (científica, médica, de especialistas, llámale como quieras), si el psiquiatra receta "empoderamiento", además de pastillas, o en algunos casos "en lugar de", mucha gente os haría caso, como os lo hace para tomar la medicación.
    Hablando de este tipo de consejos autorizados, recuerdo que a mí, lo que me aconsejaron fue.
    - que no anduviese leyendo nada sobre mi enfermedad, que para eso estaba la psiquiatra (me fui a la biblioteca)
    - que fuese a una asociación a ver si me podían meter en un taller (en la asociación me dijeron que estaba "demasiado bien", que sus talleres eran para gente que "no estaba tan bien" ¿?)
    - que fuese al equipo de valoración de incapacidades (me dijeron lo mismo prácticamente, tras comprobar que oía voces: sí pero contacto con dios: no)


    Antes de esta curiosa peregrinación, la misma persona que me dió tantos consejos me preguntó si había estudiado. Cuando le mencioné mi especialidad, puso cara de pena y fue cuando me dijo lo de los talleres.
    Todo esto fue hace más de diez años, la idea es que ahora, quien se vea en una situación similar, reciba mensajes diferentes, por parte de los mismos profesionales (bueno, o de otros más jóvenes)

    Como no hice ningún caso, o más bien poco, seguí con mi vida.

    Ahora mismo, estudiando el máster, me doy cuenta de que todo eso no eran más que prejuicios ideológicos. Si intentan convencerte de que no vales, probablemente empieces a creértelo, y viceversa. Eso es una constatación muy antigua en el campo de la pedagogía, cuantas mayores expectativas pongas en las capacidades de un alumno, y lo transmitas, mejor alumno será.

    Ahora que tanto se habla de la psicoeducación...¿no deberían plantearse en serio este tipo de cosas? ¿el tipo de mensajes que se les da a los usuarios, y los efectos que provocan. Educación es educación, da igual el prefijo que vaya delante, y la ciencia de la educación es la pedagogía. Así que, si se habla de educación, tendrá que hablarse de pedagogía, y ya puestos, de Paulo Freire, por ejemplo,gran teórico de lo que ahora llamamos empoderamiento.

    Perdón por el rollo que te acabo de soltar, es que me embalo y se me van las teclas.
    Un abrazo, amigo del mismo lado.

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