domingo, 1 de julio de 2018

El insecto de la rabia

Caminey caminé
Caminey caminé

Ahuyenta la serpiente

Caminey caminé, dentro de mí, durante siglos. Mi cama llena de flores, flores rosas sobre rojo, tela pesada y brillante, barroca, oriental. A sus pies dos gatos queridos, respiran confiados, estamos donde siempre, nada que temer. Solo dormir. Mañana no será desagradable, mañana tendrá una mañana y una tarde, será radiante por momentos, soplaré y soplaré y el fantasma se irá lejos. Nunca más el lenguaje terapéutico para suplantar la vida. Mejor palabras fuertes para conjurar, para armarse. De valor. Tengo 27 años y no distingo la realidad de las ficciones terroríficas que me amenazan, permanentemente.

Caminey caminé

Tengo 28 años y mi cerebro está acolchado por una cantidad indecente de psicofármacos que no me dejan ser nadie, así que parto de la nada. Desde la nada no es difícil avanzar, cualquier paso conduce a cualquier sitio, cualquier sitio es diferente a nada. Empiezo un proyecto de investigación que va a durar diez, doce, trece años...para concluir que eso que llaman esquizofrenia es un puñado de miedos desorganizados. Hay que organizarse. Hay que escribir, hay que pensar, hay que hablar, hay que debatir, hay que enfrentarse, cuidarse. Por encima de todo, hay que confiar.

Si la psicosis es pérdida de referencias por desconfianza, y si los afectos son las referencias principales, hay que confiar en las personas que forman nuestra red afectiva. Tengo 28 años y tengo que encontrar el modo, el tiempo y el espacio de la confianza.

Caminey caminé
Caminey caminé

Tengo 45 años y el proyecto se transforma. Le llaman depresión y es mucho más frecuente, luego los resultados serán más generalizables, y más personas podrían sufrir menos. Conclusiones: Eso que llaman depresión es una crisis existencial caracterizada por la falta de vitalidad, cuyas causas van del arrebato del pasado al arrebato del futuro, sin que el presente sea tampoco ninguna fiesta, salvo esporádicas excepciones de luz que filtran las cortinas. Una vida acortinada.

Tengo cuarenta y cinco años, un mes y dieciséis días. No nos movemos ahora en el registro del destello ni de la revelación. Mejor así, porque lo que se atisba, sin ser falso, tampoco está garantizado, ni mucho menos será definitivo. Relación extraña con las pastillas: No quiero tomarlas, pero las necesito, así que las tomo. No quiero crear una adicción, así que tomo dosis muy pequeñas, y voy tirando. No es el fin del mundo. Lo importante es seguir investigando dónde se encuentra la vida que merece ser vivida.

Caminey caminé

Necesitamos proyectarnos un poco hacia adelante, siempre que ese proyecto, sea el que sea, nos de placer en el corto plazo, en el terreno omnipresente de lo cotidiano, ese discurrir de tonterías y repeticiones de todo tipo. Con un pie en la profundidad, y otro enterrado en barro, que no es lo mismo, eh? No es lo mismo. Epicuro dice que a veces que las recompensas de un proyecto a largo plazo que implique sufrimiento pueden ser más satisfactorias que la mera búsqueda inmediata de placer, aunque el placer esté siempre asociado al bien.

Caminey caminé y caminé, por un sueño poblado de criterios y puntos de inflexión. Recibí la picadura del insecto de la rabia, que se inflama cuando me tocan los ovarios sin ningún respeto hacia los tesoros del desván de los dolores, como una broma que en realidad es provocación. Es duro provocar cuando no tienes las de ganar, porque entonces te dan en los morros con un espejo del callejón del gato, las luces de la bohemia atacan oblicuas, y el perfil malo te hace parecer un vampiro de serie B, que bien mirado, podría ser peor, podría ser que me hubiera picado el insecto de la ira, y entonces vete a saber. Caminey caminé y caminé. Te digo palabras fuertes para librarnos de que te pongas condescendiente, para que puedas entender que la igualdad también es esto.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Eliminé el comentario anterior porque era spam de una farmacéutica, concretamente publicidad de viagra. La vida propia de la virtualidad trollera-capitalista tiene hasta registro cómico.

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