martes, 1 de mayo de 2018

Cuéntalo

Al final, el problema que verdaderamente escandaliza a los machistas va a ser el de las denuncias falsas, sí, claro. Parece ser el problema mayor de un país en el que 70 hombres al año asesinan a su pareja o ex-pareja, o en el que se denuncia una violación cada ocho horas. Cuando el tonto señala al dedo.

El problema no son exactamente las denuncias falsas, sino más bien la cantidad de veces que las mujeres decidimos no denunciar, si total:
- No van a creerme
- No quiero exponerme a más juicios
- No quiero exponer a mi familia a todo el lío judicial
- No quiero exponer al desgraciado que me hizo daño a una pena de cárcel, si total puedo con el trauma, y no me considero una persona vengativa. (Esta última razón tiene que ver con echarse encima el peso del daño, actitud producto de una educación orientada a culpabilizarnos y/o ser demasiado generosas con quien no lo merece en absoluto)

Ahora mismo, en las redes sociales, miles de mujeres están contando sus historiales de abusos y violencias sexuales en el hastag "cuéntalo", pero los hombres no ven a las mujeres, y mucho menos sus violencias cotidianas porque, sencillamente, no les interesa verlas. Si alguno se asoma, será para alarmarse ante la campaña del "lobby feminista", que ya se escuchan discursos conspiranoicos sobre este supuesto "fenómeno propiciado por el poder para crear una guerra entre sexos". Mirad, os voy a decir una cosa: gracias a pensamientos como los que expresé en el segundo párrafo no están colapsados los juzgados con denuncias contra todo tipo de abusos y violencias, incluidas violaciones.

Otra cuestión interesante: muchos hombres se inquietan y se revuelven a la vista de esta oleada de solidaridad femenina ante abusos, agresiones, o como lo queráis llamar. Lo llaméis como lo llaméis, nosotras somos las que sabemos lo que duele, y somos nosotras las que sabemos lo que sucedió, y cómo lo vivimos.

Recientemente he leído que se aproxima un tipo de terrorismo machista fundamentado en el mal perder, o, dicho de otra manera:
"Tanto los hombres que exhiben su poder dominando cuerpos de mujeres como aquellos que comparten su amargura por no poder acceder a ellas o expresan su resentimiento por las contrapartidas que se les exigen construyen a la mujer como un antagonista en torno al cual generar una identidad"

En lo que a mí respecta, y por un tiempo tranquilo e indefinido, lo mejor que puedo hacer es mantenerme completamente al margen del heteropatriarcado, y no porque tenga miedo o no me gusten los hombres sino porque, simplemente, el esfuerzo que requiere es tan inversamente proporcional a las compensaciones que se obtienen en términos de salud mental, apoyo, alegría, amistad, placer, complicidad... y un largo etcétera que me da una pereza infinita especificar, que no me daría la vida para explicarlo todo con detalle.






2 comentarios:

  1. Si estás del lado de los derechos humanos, estás del lado del feminismo, luego la tarea de transformarlo todo no es solo de ls mujeres, al contrario. Pero entiendo lo que dices, y llega tu apoyo fuerte por aquí.

    Un abrazo, Rodrigo

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