miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Salud Mental?

   En las unidades de Salud Mental, se construyen enfermos mentales. O, para suavizar de alguna forma la afirmación anterior, digamos que se cronifican. Lo que en todo caso creo que no se hace es curar a nadie. Para curar, tendría que haber algo susceptible de ser curado, digamos algo como una enfermedad. No es suficiente como argumento para demostrar su existencia como tales enfermedades el detectar un desequilibrio (o dejémoslo en cambio) bioquímico puntual: la menstruación provoca desequilibrios bioquímicos y nadie en su sano juicio la consideraría enfermedad, lo mismo sucede con el embarazo, o con la adolescencia. Las hormonas son química ¿no?

  En el caso de la menstruación o el embarazo, y de la tentación de considerarlas enfermedades para así justificar a aquellas otras llamadas mentales, una de las dificultades principales sería social más aún que médica o científica: las feministas se echarían encima, montarían un buen pollo, sobradamente justificado, por pretender patologizar algo que es un mero hecho biológico. Porque volvemos a lo mismo, no es lo mismo biológico que patológico. Hasta aquí se me sigue bien.

  El hecho de que sólo desde hace poco hayan empezado a aparecer movimientos asociativos vinculados al hecho de haber sido agraciados con un diagnóstico, cortesía de la profesión psiquiátrica, explica que nadie se haya rebelado todavía contra tanto sinsentido. En cuanto a movimientos despatologizadores, es decir, que hayan reivindicado explícitamente la eliminación de la consideración de enfermedad, podemos volver a contar la historia del movimiento LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales e Intersexuales), pero no creo que a estas alturas sea necesario. A modo de resumen: la homosexualidad dejó de considerarse enfermedad en 1973, y en cuanto a la transexualidad, están en ello con una fuerte campaña durante este año 2012.

  Que una condición o circunstancia no sea una enfermedad no significa que no pueda acarrear sufrimiento psíquico, y no significa tampoco que ese sufrimiento psíquico no pueda ser aliviado por acciones terapéuticas, incluso profesionales, incluso con su parte farmacológica. Que yo me tome un analgésico para el dolor menstrual no me convierte en enferma, y mucho menos en enferma crónica.
Que yo pudiera recibir un antipsicótico o tranquilizante (o un cóctel de ambos, más otras cosas) es un caso de psicosis aguda en un momento de mi vida no me convierte en enferma, y mucho menos en enferma crónica. Que un antipsicótico funcionase en un determinado momento de mi vida, no significa que sea la única opción para el mismo o similar sufrimiento en otro momento diferente. Tampoco significa que sea la única opción para otras personas que pudiesen haber experimentado estados similares. En cualquier caso, haber tenido esas experiencias, no me convierte en una enferma, ni mucho menos en una enferma crónica.

  Si no estoy enferma, por tanto, mi salud mental no depende de ninguna pastilla que cure mi enfermedad. Eso no quiere decir que no cuide mi salud mental, que lo hago, y mucho, pero cuido la salud mental con minúsculas, no aquella con mayúsculas que rotula determinadas áreas cerradas, plagadas de prácticas coercitivas, de tantos hospitales. Seguiré haciéndome preguntas sobre la ¿Salud Mental?

 
 

9 comentarios:

  1. Parece que nuestras mentes -las de tod@s, aunque un@s más y otr@s menos- tienden a categorizar en compartimientos discretos todo lo que encuentran.
    Los americanos son ... Las mujeres son ... Los hombres son unos ... etc.
    Las clasificaciones son útiles a condición de que no perdamos de vista lo que son: meros indicadores. No es lo mismo decir 'por ahí se llega a un precipicio' que efectivamente caer por el precipicio. No es lo mismo decir 'fulano ha padecido una angustia emocional severa' que decir 'fulano ES tal diagnóstico'.
    Como dice Guerrero de la luz "yo no soy enfermo mental, SOY ENRIQUE".

    Por lo demás, si la economía puede andar deprimida, no veo porque la mente no podría andar saludable. Claro que, como propuso Bentall, la felicidad -vista su escasez- también podría considerarse un estado patológico.

    abrazote,

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  2. No se ha patologizado la menstruación y el embarazo pero sí la menopausia. La patologización de estados y procesos naturales o biológicos trasciende lo "mental" y las unidades de salud mental. Profesionales de la sanidad, de la educación y de los servicios sociales tendemos a etiquetar y, de hecho, entre la población general también hay quien pelea por su condición de enfermo. La enfermedad se ha convertido en la puerta de acceso a determinados cuidados y recursos y hay quien no acepta que se le diga que está sano aunque sufra. Los cuidados deben estar para quien los necesite sin necesidad de ser catalogados o censados.

    Un saludo.

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  3. Hola Mar, bienvenida por aquí. Estoy totalmente de acuerdo contigo, los cuidados deben estar para quien los necesite. Lo que es triste, al menos en el caso mental, es que se proporcionen de una forma tan reduccionista, en base a un único modelo que no es más que uno de los modelos posibles. Los tratamientos psicofarmacológicos orientados "para toda la vida", son de todo menos inocentes. Tienes razón también en que la "enfermedad", el diagnóstico y su consideración de cronicidad, abren puertas a cuidados y recursos, pero un diagnóstico no debería incluir un tratamiento farmacológico para toda la vida como condición sine qua non para el acceso a esos cuidados y recursos.

    Por mi parte no hay contradicción, puesto que ya no reclamo servicios ni prestación alguna por el diagnóstico, pero al mismo tiempo,no deja de ser una contradicción que no me hayan concedido un grado de minusvalía suficiente para ello, a la luz de la supuesta gravedad, cronicidad e incapacitación que acompañan a su descripción en el DSM, por ejemplo. Una ayuda de tipo terapéutico no farmacológico, o incluso temporalmente económica, no me hubiera venido mal para pasar algunos episodios delirantes. En su lugar, han sido mis amigos y familia los que me han prestado esos apoyos, siempre de espaldas a un sistema que lo plantea al todo o nada. Y ni soy una enferma, ni consigo del todo hacer vida normal durante esos episodios (aunque ponga todo mi empeño)

    Creo que has dado en el clavo con tu reflexión, felicidades, y gracias por pasarte a comentar.

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    1. Gracias y felicidades a ti, Paula, por hacernos pensar.

      También a mi me parece frustrante que sólo se vea una vía de solución a los problemas. Por eso es tan importante escuchar y leer tu testimonio.

      Saludos.

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  4. Hola pere, pues qué te voy a decir que no sepas, razón que tienes. Estoy volviendo a las andadas, con temas que ya había tocado hace tiempo, porque el programa de radio me hace volver a pensarlos, esta vez en compañía, y me pide el cuerpo hacer textos nuevos, intentando relacionar de nuevo temas que van saliendo en estas sesiones como locutores principiantes.
    Otro abrazote.

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  5. La industria farmacéutica se alimenta de enfermos crónicos, por esa razón es más rentable no curar a las personas. Así lo cree también Philippe Even, profesor en la Universidad Paris Descartes y antiguo miembro de la comisión científica del Ministerio de Sanidad en Francia. Después de analizar diferentes informes sobre medicamentos comercializados en su país este es el resultado:

    http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/10/17/solo-un-medicamento-de-cada-tres-es-eficaz-de-verdad-107374/

    Cambiar nuestra alimentación e introcucirnos en el mundo de las plantas puede ayudarnos a curar muchas enfermedades:

    http://joseppamies.wordpress.com/2012/03/11/testimonios-valientes-de-sanacion-natural/

    Yo misma puedo contaros que después de haber sido diagnosticada en apenas diez minutos con depresión severa me recetaron diversos antidepresivos, según mi médico de familia sin contraindicaciones. Leyendo las características del medicamento advertía de la tendencia al suicidio entre otras, menos mal que decidí no tomármelas. Intentar resolver la causa que me provocaba ese estado anímico, cambiar la alimentación y con la ayuda de las plantas lo he superado. No soy la única, otras personas se atreven a probar alternativas más saludables.

    Un abrazo.
    Lola







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  6. Odio la expresión "salud mental" ya que mete a la medicina de golpe en un ámbito del que se ha apropiado pero no le pertenece en absoluto. NO se que es eso de cuidar de la salud mental, no entiendo como se hace eso. Entiendo lo que es cuidarse, aunque en muchímas ocasiones no hay relación con el resultado de hacerlo. Para mi cuidarme es disfrutar en lo posible de mi vida, y eso implíca básicamente tener tiempo para estar con la gente que me importa, y tener tiempo para hacer las cosas que me satisfacen. Si te quedas sin esas cosas y esas personas se te jode la existencia. ¿Que a eso le llamamos tener salud?. No, eso es existir de una forma soportable y viable.
    Abrazos.

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    1. La definición de salud también ha ido estrechándose y desvirtuándose hasta convertirse en algo que parece que sólo puede proporcionar la medicina. En alguna página leí que la salud es la capacidad de vivir sorteando los obstáculos que ello conlleva. Y la capacidad para vivir no puede venir sólo desde la medicina y los fármacos sino de una sociedad en su conjunto: condiciones de vida, apoyo, cuidados, organización del trabajo, crianza de los niños...

      Cuidar la salud (mental o no) es precisamente hacer lo posible para vivir, de la forma que cada cual elija.

      Un saludo.

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    2. Jesús: las palabras no son entes inmutables, su significado varía con el tiempo. Recuerdo cuando 'administración' se refería solo a una parte de las empresas privadas. Cuando mantener, solo se mantenía a la prole y a la 'querida'.
      Pero cualquiera ha oido hablar de la 'gran depresión' (la de 1929) y todos nos hemos enfrentado a máquinas electrónicas que habían 'enloquecido'.
      Claro que es perverso meter en el ámbito de la medicina algo que le es totalmente ajeno. Pero lo HEMOS hecho. Googlea 'mantenimiento saludable' y descubrirás que puede referirse a los acuarios, a las redes 3G y 4G (?) y a otras muchas cosas, además de al cuerpo.
      Y eso de la salud que solo se define en oposición a la enfermedad o a las aspiraciones que alimentemos al respecto, tiene un significado que deriva hacia otros ámbitos. También el de la mente, esa cosa inmaterial para la cual ni el diccionario de filosofía José Ferrater Mora da una definición estricta.
      Enfín, ¿que más me voy a enrrollar? comer, beber, amar. Eso buena salud, creo que también mental.
      Abrazote,

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