http://www.ted.com/talks/chimamanda_adichie_the_danger_of_a_single_story.html
Al poco tiempo, ya lo estaba relacionando con las historias que se cuentan sobre nosotros los locos, desde el momento en que nos llaman enfermos mentales y todo se convierte y se reduce, por arte de magia, a un asunto médico. Una vez que se pronuncia la palabra mágica, "enfermos", se vuelve obligado hacer propaganda de los productos farmacéuticos, de la necesidad imperiosa de consumirlos día a día al dictado de la autoridad competente para vigilar su estricto cumplimiento, como si fuera una pena sin delito previo. A partir de ahí, nos acostumbran a que cualquier historia sobre la locura se convierta en una historia sobre la "enfermedad" y comience invariablemente con esa publicidad subliminal, y no tanto, sin la cual parece que no hay historia posible.
Hay muchas otras historias, pero siempre nos cuentan la misma.
¿Se ve el poder, o la cuestión médica consigue enmascararlo?
¿Será la cuestión médica entonces el lugar del poder?
¿Puede una historia de empoderamiento, nacida para nadar contracorriente, comenzar el relato asumiendo el discurso del poder?
(Con esto no quiero decir que la medicación no pueda tener sentido en ciertos contextos, pero que se convierta en el "erase una vez..." obligatorio no parece que refleje la diversidad de la experiencia de la locura, ni la diversidad de las formas de vivir con ella. Dicho esto, os propongo que os fijéis en cualquier campaña contra el estigma, a ver cuanto se tarda en encontrar este discurso. ¿No es peligroso entonces contar una única historia? ¿Se está realmente combatiendo el estigma con esta historia de enfermedad? ¿Qué lugar deja para la autonomía, el criterio propio, la toma de decisiones? ¿No son estas "historias contra el estigma" una forma de estigmatizar a quienes no cuentan la historia única?)
Por supuesto.
ResponderEliminarPor supuesto.
ResponderEliminarPor supuesto.
ResponderEliminarY mientras me como una buenisima hamburguesa pienso que tu reflexión es más buena aún!!
ResponderEliminarabzs
¡totalmente!
ResponderEliminarpongo link en FB
Gracias amiguitos!!
ResponderEliminarPues para mí, tiende mucho a significar estar enfermo, trastornado; lo más suave, distorsionado. Estar loco no admite versiones. El individuo está loco a su pesar, y nadie puede estar loco por quererlo, como opción. Por muy posmoderna que sea la interpretación, no es virtud, me parece. La locura como identidad se desarrolla dentro, pero suele desbordar, irse lejos para desparramar fuera. En el fondo, locura es excentricidad. Pero de esa excentricidad que no aporta. Lo que pasa, es que el individuo es más que locura. Y alguien vulnerable, con otras prioridades, asocial, original, por encima de las mamandurrias sociales, puede llegar a ser muy interesante. Si hablas de desconstruir un poder, de alguna manera de sobrellevarlo, de la elección de ser otro, de la libertad de jugar, pienso como tú. Pero cuando la locura se expresa (sale al entorno exterior) es un horror.
ResponderEliminarSalud
No sé si quise decir 'deconstruir', me suena a reelaborar, porque un individuo autónomo puede vivir sin necesitar de ningún poder. Decididamente no. Sí, el evitar un poder. Me quema mucho que la medicina se halla precipitado por sus origenes humanistas hasta descubrirse en un paternalismo insoslayable, un asunto purista pero estatalista más. Hasta lo comercial sería una forma de redención. No a la salud como forma de religión.
ResponderEliminarsalud
De todas formas, estoy empezando a ver que derechos positivos implican deberes responsables, obligados.
ResponderEliminarAncar, yo nunca pensé en la psicosis como algo meramente biológico y mucho menos crónico. Con ese punto de vista decidí observar ese fenómeno como algo que yo podría llegar a controlar, sin medicación. No me equivoqué, me fié de mi misma y tuve mi recompensa.
ResponderEliminarPara mí la etiología biológica (por mucho intento psicológico que hagas, salvo en la privación EXTERIOR de estimulos, no conseguirás la disociación de la locura) no merece discusión, el hilo es muy fino y se rompe, y ya está, se agrieta, se pulveriza, desaparece, lo que permite subvertir la coordinación básica de la mente; esquemáticamente, y sus tripas salen fuera... A veces, tb, no siempre vuelven adecuadamente a su sitio; hay cicatrices, porque reparar se repara, que se tapan con la tierra de los cementerios, no tengo tampoco duda de eso.
ResponderEliminarPero te envidio, probablemente tus historias no tengan la intensidad de las mías, o la retirada de otrs (yo necesito la medicación). Puedes llevarlo mejor. Sin embargo, si veo que te autoengañas y me parece lo sabes. A pesar de tu ingenio, que lo tienes, la continuidad no sé si podrás decir q es la misma, aviso no es lo mismo que desmotivación, porque a todos nos pasa. Yo por ejemplo o estoy acelerado o, cuando estoy estable, tengo que automotivarme, en intereses realistas, todos los jodidos días, me invadiría ESPONTANEAMENTE el hastío.
No somos iguales. No hagas caso al modo en q los demás pueden configurar sus juicios de valor (inconstantes, paraditos, raritos...), porque puede verse fríamente, con esa ciencia que tanto denostas, pero nos falla algo es evidencia. Me gusta preservar mi intimidad, pero negárselo es una mentira preñada de patetismo (a veces cuesta explicarlo porque todo el mundo experimenta los míninos, pero es como la alegría y la depresión desbordada de los bipolares, todos lo han sentido alguna vez, pero en su caso son diferentes. No es equiparable. V. gr. el cansancio, o esos agujeros discontinuos del esquizo q nos hcen diferentes).
Mi padre dice, "sin ser quien no eres no vas a ningún sitio", y lleva razón.
Hay que jugar con esas dos bazas, la autosuperación y la realidad de los hechos q nos hacen algo vulnerables. Creo, interesadamente olvidas los parametros de cronicidad. Al resto, si les molesta, imponerles tolerancia.
Me parece no soy conservador, me gusta el riesgo pero no es cuestión del sálvese quien pueda. A veces la responsabilidad es relativa. Nos cuesta ver el cambio. Todos tenemos puntos fijos. La realidad tiene puntos fijos (equilibrio de Nash). Siempre creo que todo es susceptible de encontrar su sitio, mucho más con lo que nos ofrece la tecnología, pero sin ver la rueda pinchada es imposible buscarle sustituto, reponerla.
ResponderEliminarSalud
que te tapan como con la tierra de los cementerios, quise decir
ResponderEliminarY por supuesto, siendo quien no eres no lleva a ningún sitio que dure (lo siento)
ResponderEliminarsalud
Quizá me autoengañe, pero mi autoengaño resulta infinitamente mejor como terapia que las pastillas y la profesión de fe en el paradigma biológico. Se llama efecto placebo, y me lo administro de maravilla, la ciencia también sabe de su efecto, de hecho le resulta competencia insoportable.
ResponderEliminarSalud y placebo