miércoles, 19 de septiembre de 2012

Judicalización de la salud mental, sin tapujos

Después de tanto hablar de Derechos, de Igualdad, de la Convención de la ONU de 2006, y de Sentencias del Tribunal Constitucional que declaraban inconstitucionales los ingresos involuntarios, amparadas en derechos fundamentales de la Constitución Española de 1978...

Después de oír hablar a compañeros psiquiatras de subjetividad, de iatrogenia, de alianza terapéutica, de necesidad de empoderamiento de los usuarios...

Después de oír a compañeras enfermeras que luchan contra los tratamientos coercitivos y las unidades cerradas en psiquiatría...

Después de ver cómo asociaciones de familiares y personas con diagnósticos viran desde posturas de petición de tratamientos involuntarios a otras más humanas, de petición de enfoques comunitarios...

Ahora nos encontramos...de morros con esto:

UN ACUERDO REGULA LA ATENCIÓN FORZOSA A PACIENTES PSIQUIÁTRICOS

http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/09/18/acuerdo-regula-atencion-forzosa-pacientes-psiquiatricos/0003_201209G18P24991.htm

El título no tiene desperdicio, se acabaron los disimulos y las mamandurrias, que diría la otra. Ahora de lo que se trata es de que l@s loc@s no anden sueltos, y que para ello, si es necesario, se favorece, con la colaboración especial de las fuerzas de seguridad, que denuncien los vecinos, el del bar de abajo, el ex-amante, el perro, da igual, todo vale con tal de encerrar a alguien contra su voluntad y en nombre de la salud.

Atención al rango legal: un acuerdo.
(Total, pa cuatro locos que son, y que no saben nada de leyes, pues ni se enterarán ni protestarán)

Y digo yo, ¿no habían dicho los fiscales que, siendo que el encierro involuntario atentaba contra derechos fundamentales, sólo podía ser regulado con Ley Orgánica?
Y digo yo, ¿desde cuándo un acuerdo entre cuatro políticos y una fundación tiene rango para legislar sobre derechos fundamentales?


8 comentarios:

  1. Todos los derechos tienen su rango de aplicación, no carecen de límites. No podría ver a alguien intentando tirarse de un puente y no intervenir, quedarse plantado ante quien está fuera de sí, inconsciente, dislocado, agitado y desencajado culpando a una invasión marciana de su infortunio, sin hacer nada. Se puede ser más prohibicionista o menos prohibicionista y liberal, pero resulta ilusorio pensar que nunca va darse el contexto necesario donde aplicar una coacción legítima a un enfermo que no discierne y que apoyado en fantasías ciegas pone en peligro su vida o la de otros, amén de su estatus mental futuro. Sencillamente, en la realidad se van a dar situaciones donde no srán posible abordarse sin usar el tratamiento involuntario.

    Por supuesto, que creo en la posibilidad común del abordaje al paciente en su propio medio, norma y no excepción, pero pensar en derechos infinitos de no injerencia del tipo nunca jamás ocurrirá eso, es una fantasía absurda e irresponsable. Esa anarquía individualista absoluta no puede dar credibilidad a nadie, para eso mismo existen derechos que como primera condición tienen que ser funcionales.

    Lo inaceptable, y ahí estoy contigo, es que la aplicación de la coacción, de la ley, se haga por la puerta de atrás, que esto es muy serio: hablamos de forzar, no puede ser algo discrecional, ha de estar sujeto a normas y ya debería existir una figura jurídica específica que amparase en todo su proceso coactivo al enfermo.

    Es muy triste, pero soy muy pesimista. Esta burocracia de salón solo refleja, una vez más, la desconsideración, el papel de bulto, el desprecio generalizado que la sociedad tiene al sufrimiento de quien padece una enfermedad mental. Los locos son locos.

    Mucha suerte con vuestra radio, parece mentira pero hacen falta esas iniciativas.

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  2. Lo cierto es que esto no es noticia. Esto es lo que hay y lo que ha habido. Desde la Ley General de Sanidad se contemplan los ingresos involuntarios amparados en otros artículos de la constitución como el derecho a la salud. Resulta paradojico que por el derecho a la salud se deje de contemplar el derecho a decidir. Por mi experiencia sé que un ingreso en un momento dado puede ayudar a recolocar ciertos elementos angustiantes hasta aliviarlos, pero mis ingresos han sido casi todos muy poco traumaticos, pues siempre conseguía pactar y llegar a acuerdos con el galeno de turno. Conozco muchas otras historias que son como para no dormir.

    Para mi el problema por tanto no es tanto el ingreso (al que hay que intentar acudir de forma voluntaria) sino como se produce el transcurso del mismo ingreso. Si recibes más trato que tratamiento, si te ayudan y te sostienen, sino te embotan con drogas psicofarmacologicas hasta que aturden (porque eliminar no eliminan) ciertas creencias o certezas que resultan angustiantes para ti y tu entorno, sino que te facilitan la comprensión y la integración de tu experiencia psicotica dentro de tu biografia construyendo conjuntamente una narrativa válida y que se corresponda con tus experiencias, sino te irresponsabilizan con explicaciones reduccionistas como las biológicas, pues porque no!!

    Sé de un hospital de modelo parecido al Soteria en Francia, o la misma casa Soteria en Berna, donde sólo puedes ingresar de forma voluntaria, porque no contemplan las medidas coercitivas como formas de clinica. Por tanto una vez más se demuestra que la psiquiatria como decía aquel hace las veces de agente represor social. No todos y no siempre. Claro!! Pero muchos están encantados de representar ese papel de sheriff batiblanco, hasta el punto de que hay algunos (como me dijo una vez una psiquiatra amiga) que pasarse por el forro las cantidades recomendadas por parte de las farmaceuticas sobre ciertos psicofarmacos les hace creer que son más capos, más duros, más atrebidos. Ese es el peligro principal, en mi opinion. Y es que la ignorancia es un arma de destrucción masiva.

    Abrazos!!

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  3. Hola ancar, reconozco que tus palabras son muy sensatas. Sin embargo, hay dudas muy razonables acerca de los criterios que se siguen para declarar una situación personal de confusión, más o menos "escandalosa", más o menos "rara", como una urgencia psiquiátrica, como una situación susceptible de ser resuelta, de forma inequívoca, con un tratamiento involuntario. Y estas dudas razonables vienen, o al menos me vienen a mí, de dos circunstancias que no dejan de ser ciertas:

    - la primera es el enfoque, a mi modo de ver reduccionista, de la psiquiatría como una disciplina biológica, o, más concretamente, biologicista. Este enfoque biologicista considera que un tratamiento a base de sobremedicación (y más en los ingresos) es ya no uno de los caminos, sino directamente el único.
    - la segunda fuente de dudas proviene del hecho de que son muy abundantes y cotidianos los relatos, por parte de personas diagnosticadas, que confirman aquello que muchas veces comentaban los compañeros de radio nikosia: cuando tienes un diagnóstico, cualquier conducta es susceptible de ser considerada síntoma. De resultas de la aplicación práctica de esta frase, se dan casos en que una simple negativa o amago de llevar la contraria puede acarrear como correctivo la amenaza familiar de ponerte en manos de psiquiatras, de hospitalizarte. Es cierto que luego es el o la psiquiatra los encargados de valorar tal ingreso o intervención, pero también es cierto que los profesionales pueden tender a asumir la versión de la familia como más cierta o más fiable que la de la persona diagnosticada, por una cuestión de desigualdad en el poder del discurso de ambos.

    Es cierto que encontrar el término justo en la valoración debe de ser tarea de titanes, pero desde mi lado tiendo a desconfiar.

    También es cierto que la indefensión de la persona diagnosticada para hacer valer su autovaloración por encima de todo un equipo de psiquiatras, familias, jueces y cuerpos de seguridad es a todas luces gigantesca. Se trata aquí del lugar social que ocupa cada uno de estos agentes, de su credibilidad, y en esas cuestiones, como diagnosticados vamos a la cola, y eso es injusto, injustísimo. Y más considerando que hay acuerdos internacionales para hacer valer nuestros derechos que a duras penas se llevan a la práctica, cuando se llevan, y poco por estos lares.

    Quizá la radio sirva para hablar de estas cuestiones, para sensibilizar sobre ellas, para ponerlas sobre la mesa como debate inaplazable. Espero que también sirva para reforzar nuestra confianza en nosotros mismos como merecedores de derechos, y no sólo el derecho a que nos paguen una pensión o "nos traten contra nuestra voluntad"(extraño y paradójico derecho, ¿no crees?) Creo que junto al derecho a que nos traten está también el derecho a rechazar el tratamiento, sobre todo si sólo está prevista una modalidad a base de medicaciones cada vez más cuestionadas en revistas científicas prestigiosas, abuso de estas medicaciones, o incluso, con sospechosa frecuencia, tratos degradantes e inhumanos y suspensión del principio de presunción de inocencia, lo que viene a querer decir criminalización.

    Gracias por desearnos suerte, muchas gracias, espero que pronto podamos tener los podcast para que nos puedas escuchar.

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  4. Hola Raúl, casi no te voy a comentar nada porque, entre lo que le conté a ancar y lo muy de acuerdo que estoy contigo, ya poco queda por hoy. Pero sí me apetece darte las gracias por explicarte tan bien, ayudando entre todos a que este debate no descanse nunca.
    Un abrazo!

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  5. Otra cosa. Efectivamente esta noticia no es nada nuevo, es simplemente propaganda para tranquilizar a familias aprensivas que se sienten desamparadas ante tantas malas noticias sobre los recortes sanitarios, garantizándoles que, para llevarse a su hijo por la fuerza, la cobertura está asegurada.

    Sí, es mala hostia, pero hay días que hace falta. Los términos de la noticia cabrean mucho, ya sólo el titular pone los pelos de punta. Para pretender ser una noticia tranquilizadora, lo cierto es que provoca el efecto contrario.

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  6. Os dejo parte del contenido uno de mis relatos de misterio. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia: Echo en falta que analicéis la documentación judicial que judicializa -valga la redundancia- los encierros a instancias sanitarias. Esta documentación no la promueve el fiscal, ni el Juez ni la familia, la promueve el encargado sanitario. ¿En qué podemos basarnos para criticar la labor de este encargado sanitario? En la sensación de bienestar o malestar que defina el encerrado. . No olvidemos que si es un encargado sanitario quien ha producido esta sensación difícilmente podremos culpar a un Juez o a un fiscal . Lo que sí podemos hacer es criticar el procedimiento judicial que se sigue y echarnos las manos a la cabeza si un Juez o un fiscal no promueven de oficio la solución a estas barbaridades sanitario-judiciales. El análisis de esta documentación pone de manifiesto una clara inconstitucionalidad de dicho procedimiento, pero si revisáis sentencias al respecto veréis que no se culpa a nadie en concreto ni se toman medidas PORQUE NO SE QUIERE. La solución no es la implantación de una Ley orgánica sino que el procedimiento que se sigue sea completamente transparente. Ahora bien, ¿en qué momento? ¿Cuando a una persona ya se le ha calzado el primer expediente y se la ninguneado a propósito y a destajo con nuevos expedientes?

    La documentación que yo he examinado indica que sanitariamente se obra negligentemente, sin autorización expresa judicial en muchas de sus actuaciones, pero se ve igualmente que ésto ya lo sabe el Juzgado y pasa olimpicamente del tema. ¿Por qué? Pues posiblemente porque forme parte de un acuerdo sanitario-judicial político . Y si se va a un Juzgado a pedir restauración de derechos y de dignidad nos encontraremos con que difícilmente un Juez va a decirnos que todo el procedimiento es el claro sinónimo de un secuestro autorizado desde los poderes públicos. Los 763 LEC promovidos sanitariamente a instancias hospitalarias que yo he visto documentalmente son similares a los secuestros. Lo que ocurre que los revierten de legalidad al incorporar elementos similares “el juez ratificará el encierro cuando se entere del mismo” . Ese decir, si no se entera porque se pierde el fax de petición ….pues no se entera y ahí se queda el encerrado (contra su voluntad , no lo olvidemos) a pasar el verano, o la navidad. (Por eso no usan burofaxex) Y como el propio procedimiento exige al Juzgado que ratifique el encierrro via fax, sin examinar al afectado, y le permite (u obliga) a que ordene igualmente medicarlo, nos encontramos con que si un médico te odia -puede pasar porque médico no es sinónimo de excelente persona-, puede hacerte la vida imposible y encima el Juez autorizándoselo (por obligación procedimental) No lo digo por aversión a los médicos, sino porque la vida demuestra que malas personas podemos ser todos.

    La esquizofrenia es una enfermedad que se puede fabricar en un cerebro completamente sano. A una persona , mediante encierros, abusos, torturas médicas, seguimientos, ninguneos, pisada de derechos, le robas su integridad, sus referencias éticas, legales, sanitarias, sociales, y puede convertirse en un falso esquizofrénico. Nunca sera un esquizofrénico patológico, sino una persona que, como los esquizofrénicos patológicos, ha perdido todas sus referencias válidas. Y quien lo hace lo sabe. Toda enfermedad psiquiátrica es posible de reproducirse en un cerebro sano. Toda. Sólo es preciso que alguien que sepa quiera hacerlo.

    Se puede aplicar a cualquier ámbito la mala fe. Si alguien quiere acusarte de agresor, sólo debe promover una pelea. Así funciona la vida cuando nos topamos con mala gente.No digo que suceda, sino que puede suceder. Por ejemplo, un chico empujado a defender el honor de su escupida y manoseada novia, con tan mala suerte que el provocador resulta ser una autoridad. Añado que esto se lo pueden hacer al “loco” que no se deje ningunear.

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  7. Sigamos...Imaginemos que el “loco” encerrado contra su voluntad advierte aspectos sádicos y de mala voluntad en quien lo encerró. No puede contarlo así, pues ¿cómo lo demuestra? Al hacerlo, además, parece denotar cierto comportamiento esquizoide (desconfianza, recelo, suspicacia...). No olvidemos que una vez abierto un expediente judicial los poeres se limitan a anotar todo lo que en gana les viene porque para eso son autoridades.

    Imaginemos que el “loco” comienza a divulgar por diferentes defensurias lo ocurrido. ¿Qué va a conseguir? Que lo persigan con más ahinco. ¿Por qué? Porque el procedimiento lo permite -no solo permite hacerle lo que le han hecho sino permite “perseguirlo” en base a ese primer procedimiento-. El “loco” es en una persona con antecedentes psiquiátricos -que viene a ser peor que ser un delincuente redomado- y cuando denuncia este tipo de cosas visceralmente se lo acusa de falta de respeto a las Instituciones. ¿Por qué? Porque el “loco” voceras va dejando en vergüenza los procedimientos y promueve el recelo generalizado. Sin embargo, el “loco” visceral denuncia porque ama las instituciones. No es un antisistema , sino un integral prosistema que desea que las Instituciones funcionen correctamente. ¿O acaso un ente funciona correctamente cuando obra contra la libertad y los derechos de una persona sin esperar la ratificación judicial que se lo permita? ¿O es que tienen amañada -apalabrada- la resolución judicial con el Juez? A eso se lo llamaría parcialidad, y no forma parte de las atribuciones de un Juez. Si hubiera un pacto Médico-Juez a este respecto....sería mutua prevaricación. Vuelvo a repetir que estamos hablando de lo que afecta a personas que se oponen a la medida porque tienen capacidad de decidir que se oponen. Hablamos de personas que no aceptan tratamientos psiquiátricos porque no los requieren.

    El “loco” que pelea estas injusticias se convierte en una persona amargada, porque ¿qué persona que ame su Tierra y sus Instituciones puede ser feliz en ese contexto? Entonces se empieza a decir de él que se lo percibe desanimado, decaído, y se añaden nuevos matices a su inicial “descripción , Al loco lo intentarán “amoldar” al comportamiento de los lokeristas. Si le ordenan ducharse a las diez, a ducharse a las diez; si le tocan la pierna, a aguantarse; si le provocan; a callarse. Y cuando la autoridad comprueba que “el loco” obedece -se somete al abuso- dictamina que ya no tiene problemas de carácter, como si aceptar el abuso fuera lo correcto.

    Todo el mundo tiene parecida forma de ser; pero si un cuerdo deja la cama sin hacer es normal y si un loco deja la cama sin hacer es un ser inclinado al abandono. Si un cuerdo bebe unas cervezas forma parte de su comportamiento social; si un loco bebe cervezas, por contra, es claro síntoma de patologia añadida. Si un cuerdo se enfada forma parte de lo cotidiano, si un loco se enfada es agresivo. A base de escribir GENERALIDADES sobre “el loco” se lo puede diagnosticar de esquizofrenia. ¿A que no es tan difícil fabricar un falso esquizo? Pues igualmente se puede fabricar un bipolar y casi cualquier “loco”.

    Ahora bien, ¿qué es la locura? ¿Es cuerdo el que asesina? ¿Es cuerdo el corrupto que saca de un Ayuntamiento comisiones en bolsas de basura? ¿Es cuerdo el médico que inventa un loco? ¿Es cuerdo el que pretende curar los presuntos trastornos derivados del desempleo, del desamor, de la falta de vivienda, etc....con pastillas? ¿Es cuerdo el que pretende que un obrero curre ocho horas a cambio de un salario miserable? ¿Es cuerdo quien cree que tras una privación de libertad dice la verdad quien afirma que el loco aceptó libremente el encarcelamiento solo porque quien lo dice es una autoridad ?

    El mayor problema que veo es que el trasfondo de todos esos expedientes es incorrecto,por no decir ilegal, y todos los que participan en ellos quieren quedar como correctos....para lo cual es obligado que el loco quede como loco -y a poder ser añadiéndole atributos violentos- y los cuerdos...pues como cuerdos, claro.

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  8. Por último os diré que mi nombre de los dos argumentos que os he planteado en nombre anónimo es Mª Ángeles Landa Mtz de Icaya. Soy una voceras, pero no soy una voceras anónima. Uso mi nombre y mis dos apellidos, o bien en el registro o bien cuando opino.

    Y me despido añadiendo a lo expuesto que todo este ridiculo procedimiento sanitario juidical tiene un pornoremate del copón: Se daña a una persona desde la psiquiatria y desde el Juzgado y se pretende “curarla” una y otra vez a base de psiquiatras y expedientes judiciales. Para troncharse.

    Esto que os he escrito forma parte de un argumento novelístico.

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