Uno, dos, tres...si fuera tan fácil trazar una línea
.
.
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entre el paquete de tabaco
y el mando a distancia
o que saltando atravesase la mediocridad de lado a lado
marcando como un sendero
para recorrer descalzos
noche tras noche
en uno
y otro
sentido
con la vista fija únicamente en las estrellas,
menos anhelando cualquier forma de futuro
que celebrando
por fin
algo que brilla.
Un club de astronomía a la medida del hambre
insaciable de poemarse un poquito
apenas en privado y en silencio
aunque luego salga afuera y ya no importa
porque ya no es tanto como había sido
otro drama
Como mucho salvando cierta estéril documentación del aleteo
sin más leña que la que arde ni más pereza que la de siempre
especialmente cuando esta duele
sin que en el fondo se entienda por qué.
Mucho tiempo atrás
dice Oliveira en Rayuela:
"Por supuesto que nos encontraremos mágicamente en los sitios más extraños"
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