lunes, 4 de abril de 2011

Acción/Reacción

Unos hacen, o tratan de hacer, un ejercicio de radicalidad crítica, de cara a desmontar constructos argumentativos de hormigón, basados fundamentalmente en alianzas del poder con la ciencia, y destinados a que un determinado grupo ejerza su autoridad sobre otro, históricamente vulnerado y discriminado.

Un día, quizá inspirados en ideas progresistas de igualdad y derechos humanos, este grupo históricamente aislado, ninguneado, cosificado y un largo etcétera, mira hacia arriba e increpa, denuncia su situación de desventaja, las barreras que se le ponen, la negación de su derecho a decidir si quiere ser cuidado y de qué forma, la negación de emociones y conductas que pasan a ser "síntomas", a la par que su persona pasa a ser "enfermo mental", sin que esa nueva condición deje de afectarle cada minuto de su vida, por la conciencia dolorosa de que, siendo eso, para muchos con los que comparte leyes y planeta es "menos", con suerte, y casi nada sin ella.

Al día siguiente, en cuanto esa increpación eleva, aunque sea de forma paulatinamente imperceptible, su volumen y, con ayuda de aliados solidarios, su presencia en medios de comunicación de todo tipo,aparece casi siempre algún empresario del hormigón argumentativo, intentando acallar las voces nuevas con aspavientos grandilocuentes, enfados muy fundados y un cierto temblor en la voz, sólo perceptible por quien sabe leer entre líneas.

Llegados a este punto, se está avanzando, pues sucede que se reconoce la existencia de un conflicto con varias partes, algunas de las cuales acceden, quizá por primera vez, a una visibilidad a partir de la cual se reconocen como sujetos activos y participativos en una sociedad que empieza, aunque tímidamente al principio, a escucharlos y reconocerlos como interlocutores válidos.

Las confrontaciones dialécticas permiten, en cualquier caso, la formulación de preguntas nuevas, que exigen también, en cualquier caso, respuestas nuevas. Cuando la respuesta suena prehistórica, cabe preguntarse si realmente se ha entendido la pregunta, lo que añade capas de complejidad orientadas a un futuro en el cual, al menos por la parte que toca a los nuevos actores, toda reacción defensiva será considerada prueba irrefutable de movimiento in crescendo.

No sería del todo inconveniente señalar la frescura, entusiasmo y novedad de quien está descubriéndose como motor de acción, y diferenciarla de la apatía intransigente de quien es incapaz de afrontar los cambios de otra forma que no sea el repliegue inmovilista en la posición más cómoda, beligerante e intelectual y sociológicamente más pobre y menos atractiva. Por no hablar del "flaco favor" que se le hace a una ciencia humana como la psiquiatría, no reconociendo que los cambios sociales (y por qué no, políticos) tienen también repercusiones en un entorno laboral tan sensible a la sensibilidad, valga la redundancia, como debería serlo una profesión cuyo objetivo es aliviar, de la forma más eficaz y personalizada, el sufrimiento psíquico de personas con las que se comparte sociedad y cultura, además de plasticidad cerebral y otras capacidades inherentes al hecho de nacer como personas, y no como cangrejos.

5 comentarios:

  1. Te escucho! fantástico, "Rompes" la bloggueriaaa...y con los debates radicales.
    A ver si la escucha activa se hace como "Dios manda"!! aaaamen tb!

    Un abrazo

    Hilari

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  2. Ay, no me salgáis religiosos que me da susto, cambio amenes por cañas para celebrar que nos entendemos.
    Abrazos a los dos

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  3. Y peor... cuando las conductas sólo se permiten cuando son consideradas síntomas, porque si se consideraran dentro de la libertad personal, están todos dispuestos a censurarlas porque sí

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  4. Qué buena reflexión, Ana. Es cierto que hay conductas que no se toleran ya si no es como "síntomas" de algo, y se me ocurren, por ejemplo, los cambios de humor, el llanto prolongado, cantar por la calle, y mi preferida: no tener conciencia de enfermedad (más que una conducta, es mi certeza preferida, de las pocas que tengo)
    Un abrazo y gracias por tu comentario, espero que te animes más veces a compartir tu buen criterio.

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