jueves, 26 de julio de 2012

¿Ni de derechas ni de izquierdas?

"No somos ni de derechas ni de izquierdas" fue un lema muy famoso el año pasado. Fuera de que yo nunca lo entendí (creo que distingo claramente entre ambas, certeza que se afianza cuanto más leo), me vuelve a resonar últimamente a propósito del endurecimiento de la crisis. Supongo que sólo puede corear este lema quien no tenga la más mínima cultura política. Los de derechas lo son a sabiendas y sus motivos (léase intereses) están muy claros. Los de izquierdas se dividen y subdividen porque siempre quieren ser más de izquierdas que el de al lado, pero a pesar de las subdivisiones, o precisamente por ellas, siguen defendiendo valores muy diferentes a los otros.

Cosa bien distinta es esa indefinición llamada centro, moderación o cualquiera de sus otros nombres, que viene siendo una palanca flex, de corte habitualemente pragmático, oportunista y, por descontado, económicamente liberal, que van campeando para arrimar la sardina a la mejor brasa, según el ambiente de la barbacoa. Esos sí que se llenarán la boca con el lema que da título a la entrada, puesto que es su estrategia habitual de camuflaje y ocultamiento para poder brujulear a su antojo.(Los fascistas populistas también son mucho de ese rollo "apolítico", hasta que se quitan la careta)

¿Y qué es, para mi, ser de izquierdas?

- Defender los derechos de las personas por encima de los derechos del capital (si el sistema capitalista no sirve para defender estos derechos, entonces es que el sistema no sirve)
- Defender la libertad de expresión, de reunión, de comunicación, de emigración...
- Defender la igualdad de oportunidades
- Repudiar toda discriminación (sexismo, racismo, homofobia...) y todo ataque a la diversidad humana por cualquier motivo.
- Defender el derecho a una vida digna, donde no caben abusos, desigualdades, agresiones, o cualquier situación de miseria, (física o psicológica) contraria a la dignidad.
- Defender un concepto de economía solidaria, ética, equitativa, cooperativa, respetuosa con el medio ambiente y sostenible por las generaciones actuales y la venideras.
- Defender el trabajo digno al servicio de la vida, no la vida al servicio del trabajo.
- Defender el derecho a una educación libre, crítica, intercultural, universal, pública.
- Defender el derecho a la salud, íntegra, pública, que fomente el autocuidado y que no deje a nadie sin cuidar, ni coaccione a nadie en nombre de ella.

Quizá la izquierda clásica no siempre fue así, aunque tuviera algunos, o muchos de estos principios en sus idearios, pero desde luego, si de todo esto va a salir, en el mejor de los casos, una izquierda contemporánea y ecléctica, no merecerá para mi ese nombre si no ofrece todo lo que expongo. Si no aspira honestamente a estos principios, ni yo ni muchas otras personas la consideraremos izquierda, por más ropaje de cordero revolucionario que se ponga. En el peor de los casos, seguiremos igual de mal, siempre con la esperanza de empeorar a diferentes velocidades, según parrilla de salida en la barbacoa infernal que amenaza con quemarnos, vivos o muertos.

12 comentarios:

  1. Vamos a ver.......esta entrada me produce extrañeza en alguien que reivindica lo flexible de la identidad, incluida la sexual, algo que viene condicionado aparentemente por la naturaleza física.
    Si ya hablamos de política, donde no hay mas que condicionantes ideológicos o intelectuales, ¿como se puede uno encasillar y posicionarse en uno u otro color político?.
    Esta actitud precisamente es lo que lleva a la violencia y a la guerra. NO puedo creer que una persona que se defina de derechas (y observa que digo que se defina, porque al final como uno se ve no es mas que un puñetero cuentito)no defienda la igualdad de oportunidades. Otra cosa es como crea que se debe llegar a eso, o como entienda que hay que gestionarlo. Cuanta gente que se define como de izquierdas son auténticos cafres con los suyos y los de mas allá. En la guerra civil ¿cuantas barbaridades no fueron perpetradas por los de izquierdas?.
    Así como a nivel personal tengo una bien definida,y a nivel laboral mi identidad es un batiburrillo, a nivel político y/o ideológico me niego en redondo a definirme o a identificarme, ni siquiera como batiburrillo. Siendo todas ellas seguramente un cuento a contar/me, la magnitud de la farsa se me hace mucho mas evidente cuando de opciones políticas se trata.
    Esto de teñir los pensamientos de colores no me mola. Y lo de dividir los colores en buenos y malos tampoco. La etiqueta, la etiqueta, no me gusta.
    Abrazotes.

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  2. Hola Paula: Rondaba el año ochentaypoco y en Sevilla se vivía una convulsa situación en las facultades por la ley de reforma universitaria de aquella época, salíamos a la calle a protestar por lo que considerábamos decisiones injustas, imagínate: jóvenes, revolucionarios, grupos políticos de todas clases, panfletos, pegatinas, todo realmente politizado. Alguien, un conocido (alineado toda su vida en concepciones progresistas), al entregarle una pegatina con la firma de una organización juvenil política, me increpó duramente por el hecho de la excesivamente politización de las protestas, cuando realmente los estudiantes debíamos luchar unidos y olvidarnos de banderas, juntos en la lucha para evitar discriminaciones.
    Ahora, cuando el país está como está, los partidos y sindicatos desacreditados por todos lados, llevo pensando y opinando que acudo a las manifestaciones y protestas sin eso, sin banderas. ¿De izquierda, de derecha?. Me suscribo a tu "decalogo", pero mi banderra soy yo.
    Saludos.
    Rafa.

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  3. Hola Jesús: Llevo toda la vida siendo de izquierdas, se nota bastante en cada cosa que escribo, nunca pensé que eso fuese un impedimento para nada. Otra cosa es que milite, que tenga carnet de partidos o que le haga publicidad a alguno en concreto, nunca hice eso. La política es la toma de posición en los conflictos que afectan a la sociedad, la profesión política es otra cosa. Tomar partido contra el TAI, por ejemplo, es política, es opinar sobre una determinada política sanitaria, y es hacerlo desde un punto de vista concreto, el da la igualdad de derechos, el de la libertad individual, el que tú quieras, pero es tomar partido en un asunto político.
    Dices que la derecha también defiende la igualdad de oportunidades, ya se está viendo cada día.
    En cuanto a las etiquetas, más que una etiqueta, es un área de ideas, una zona con muchos matices, muchísimos (también algunos peligrosos, por qué no, pero para distinguirlos están los criterios, la cultura política, la interacción social...). De hecho yo me limito a exponer las ideas (y la ideología no es sino un paquete prefabricado de ellas, combinadas según las siglas bajo las que estén) concretas que a mi me parecen idóneas en relación a conflictos sociales (muy dolorosos, y que implican a millones de personas). Coincide que estas ideas, con las que estoy de acuerdo, provienen del área de la izquierda (si bien de ningunas siglas en particular, sino de una corriente filosófico-política, muy crítica, que lleva ya unas décadas diagnosticando problemas económicos y sociales con bastante acierto, cuyas consecuencias estamos sufriendo ahora, punto por punto), la que está más vinculada a los derechos humanos, pero no limitados a un grupo privilegiado, digamos occidental, sino global. Lo que está pasando ahora es que el grupo de los privilegiados, la población con derechos, es cada día más reducida. Al resto,a los desposeídos de ellos, no les recomendaría encomendarse a la derecha, precisamente.
    Abrazotes para ti también.

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  4. Hola Rafa, el "decálogo" no es mío, es una mezcla de ideas que me gustan, tomadas de muchos años de lecturas, conversaciones, observación y activismo también. En cuanto a banderas, tengo cariño por la violeta y por la del arcoiris, pero antes no mencioné ninguna. Creo que aún no hay ninguna que ofrezca todo eso, más bien sería un patchwork, hecho a mano y con muuuucho cariño.
    Saludos.

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  5. VAya, yo creia que era opinar, y claro, lo que tienen mis opiniones es que en ocasiones alguien al que le guste etiquetar a la gente las catalogaría de derechas, luego yo sería un tipo de derechas, y algunas otras se podrían catalogar de izquierdas, luego yo seria un tipo de izquierdas. A la gente que le gusta etiquetar, porque les tranquiliza, supongo, les hace percibir cierto control, y pertenencia grupal por aquello de estos son los míos, y aquellos son "los otros". En ocasiones me han preguntado si soy del opus, dado mi rechazo frontal hacia el aborto (a nivel personal, es decir, no lo promovería en mi pareja, salvo que pasaran determinadas cosas, ojo, el resto del mundo que haga lo que quiera, eso lo respeto absolutamente) y a que tengo cuatro hijos. Eso si, si se pararan a conocerme un poquito, sabrían que ninguno de ellos tiene nada que ver con ninguna iglesia y por supuesto ninguno está bautizado (si alguno quiesiera hacer algúnh sacramento de cualquier iglesia, se lo facilitaría). Todos ellos van a clase de REligión católica, porque han querido, la mayor ya no, prefiere ir a ética. ¿Soy de izquierdas, de derechas o de centro?. Mira, me apunto a la bandera de Rafa. Yo soy yo, y todas las ideologías me la pelan, porque son eso ideologías.
    NO creo que la que se ha montado y se está montando es porque haya unos que gobiernan que son de derechas. Los responsables son cada uno de los Españolitos de a pié, que por lo pronto les votaron y que esperaron a estar desesperados para decir esta boca es mía.
    A mi, si me ha traido problemas el no permitir que me etiqueten en ninguna opción y actuar conforme a mi propio criterio. Los mismos que al loco que tiene su visión del mundo y la vida, y al que todos quieren reconducir a un grupo o visión mayoritaria. Lo primero que se hace con el loco, eS largarle una etiqueta. Se le situa, para saber que esperar de él, para controlarle y tratarle.
    Siguiendo un afán clasificatorio, políticamente se me podría derfinir como Jesusista, afín al partido "me la pela".
    Eso también es política, desde luego, MI política.
    Abrazos.

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  6. Pues está bien esta entrada. Así deberían ser todas las del blog. Nada de hablar de problemas psicológicos o de trastornos de ansiedad que se curan comiendo manzanas. Política.

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  7. Jesús, yo no te etiqueté en ningún momento, estaba exponiendo unas reflexiones personales sobre distintas tendencias políticas, así como intentando hacer un resumen de las ideas que me parecen sensatas, y que me gustaría que fuesen las bases del mundo en el que me tocase vivir, muy diferente a este en el que vivo. Si las catalogué de izquierdas es porque la mayoría pertenecen a la tradición política de la izquierda. Más que una dicotomía, es un continuum, o incluso un círculo, si quieres, en el sentido de que, ciertamente, los extremos a veces se tocan. Son palabras, claro, pero sirven de guía para explicarnos, para establecer referencias comunes. No es obligatorio creer en ideologías, ni siquiera tenerlas, pero es un buen ejercicio intelectual saber a qué tradición pertenecen las ideas que conocemos, por si se quiere ir más allá, profundizar, esas cosas que, por supuesto, tampoco son obligatorias. Lo de posicionarse ya es otro asunto, pero tampoco creo que se cometa delito alguno por eso. Yo ando con la cabeza en estas cosas, llevo así muchos años, no tengo remedio, y de vez en cuando hablo de ellas, como de tantos otros temas.
    Entiendo que la ideología es una palabra en desuso, mientras sólo había una. Ahora que puede pasar de todo, me gusta saber encuadrar lo que escucho y observo, para ir viendo venir, y da su trabajo, no te creas.
    Un abrazo

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  8. Disculpa Paula, solo he hablado a nivel personal yo mismo, no me has etiquetado, solo digo que es muy humano, y que es un problema similar a otros que he mencionado. También respeto el que se quiera uno etiquetar y/o posicionar, de la misma forma que me parece que por encima de todo debería estar el respeto a la identidad de los demás sea cual sea y mientras dentro de ella no se incluya el daño a los otros.
    La política es en gran medida visceral, y las ideologías que pare van a rastras de esas emociones. Por eso creo que no tienen importancia. Por eso creo que son tan cambiantes a lo largo de la vida de una persona, porque no tienen nada que ver con las razones sino con las emociones que a su vez tienen que ver con su vida. Por esto me parecen absurdas todas las ideologías que se metan en un saco de "izquierdas""derechas""centro".....Al final no hablamos sino mas de lo mismo......de nosotros mismos y nuestras circunstancias.
    Abrazos.

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  9. Y si hablamos de política, que la sociedad tenga derecho a saber qué es lo que hacen los psicólogos y los psiquiatras. Por ejemplo, ¿cuál es el tratamiento más efectivo para los pacientes? El psiquiatra tendría que informar al paciente de los tratamientos más efectivos a lo que le pasa. Y también el psicólogo.

    Para eso es útil el DSM IV. Si el paciente va a junto del psiquiatra, habría de informar al paciente de los tratamientos más efectivos. Si no informa de nada y se limita a hablar de responsabilidad, pues la sociedad no tendrá manera de saber qué es lo que exactamente hace el psiquiatra.

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  10. Y otra que también estaría bien, es que los psicólogos y psiquiatras utilizarán un lenguaje más preciso. ¿Y por qué? Pues porque en la entrada del blog Saltando Muros titulada Mi experiencia personal, sale Enrique y dice textualmente: el trastorno no es del psiquiatra o del psicólogo, soy yo el que lo sufro(...)

    ¡No es así! ¿No hemos quedado en que el trastorno es una entelequia? ¿Un invento de la industria farmacéutica? ¿Una fábula que más que nada ocurre en la mente de psiquiatras?

    En esa entrada del blog no utilizan un lenguaje preciso.

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