miércoles, 4 de abril de 2012

Autogestión de la ansiedad

Hace un rato acabo de saber cómo empieza un ataque de ansiedad, de los que te llevan al hospital. Comienza con una situación que, por las razones que sean, que no vienen al caso, hace que todo estalle y se detenga al mismo tiempo. No se puede ir hacia adelante ni hacia atrás, la respiración se vuelve una tarea de mera supervivencia, una se olvida, en ese momento, de respirar normalmente. Incluso pueden hacerse unos ruiditos similares a un gemido ahogado, consecuencia de que el aire encuentra dificil hacer el camino de siempre, o hacerlo a la misma velocidad.

Un poco antes de ese momento, me despido de mis amigas, ellas están de fiesta y a mi no me apetece amargarles la noche con mis conflictos y mis pesares. Total, si no sé estar sola en estos momentos mejor será que aprenda cuanto antes, me va la felicidad en ello. Porque felicidad es sentirme segura, a salvo de mis fantasmas, o al menos sentirme digna a pesar de ellos. Eso da trabajo, y me toca hacerlo a mi. Nadie puede normalizar por ti una respiración al borde del abismo, nadie excepto tú...o una pastilla. Ya sabéis lo que pienso de las pastillas. (Miento, una vez lo hizo un amigo, y recuerdo la lección, estábamos al borde del mar, y yo tenía muchas ganas de correr)

En relación al principio de crisis de ansiedad, anduve unos cientos de metros bastante rápido, pero eso fue lo que me provocó los gemidos, y me asusté, la verdad, creo que nunca me había pasado. O sí, pero hace tantos años que ya no lo recordaba (los delirios, o incluso la psicosis, son otra cosa, nada que ver). Me paré y pensé, esto es ansiedad, nada más. Creo que "nada más" fue clave, para que el siguiente pensamiento fuese "esto se para queriendo que se pare". Así que seguí andando, ya más despacio, hasta casa, donde sabía que me podía poner de todos los colores sin pensar en personas alrededor. Me salió del alma coger una manzana y empezar a comerla. El sabor dulce y la textura fresquita me hicieron volver al presente, volver de los pensamientos de frustración y dolor, y ser consciente de que solo estaba en mi cocina, rodeada de mi tarro de azúcar, mi mesa blanca, mi tetera, nada amenazador en el ambiente. Mientras tanto, puse la infusión al fuego, con la intención de tomarla tranquilamente, mientras fumo un pitillo. De ahí a decidir escribir una entrada no pasaron ni dos minutos.

Hoy no toca poesía, tocó pintura por la tarde, y ahora terapia, pura y dura, directa a la mandíbula. Para esto también sirve escribir. Hay días en que me necesito a mí más que a nadie en el mundo. Y menos mal que estoy.

No fue la manzana, ni la infusión, ni mi voluntad de pararlo.
Fue todo junto, indivisible, y funciona (quizá la próxima vez funcione un cóctel diferente, pero sería como decir que habrá una próxima vez, y no quiero pensar en eso ahora). Escuchar al cuerpo cuando la mente está confundida, y viceversa, no es delito.

12 comentarios:

  1. Animo compañera, es jodido pero pasa.
    Abrazos.
    Jesús.

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  2. Gracias Jesús, yo no lo hubiera dicho mejor.
    Un abrazo.

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  3. ¡Hostias! ¡Como sigas así y cunda el ejemplo, vas a dejar sin sustento a un montón de terapeutas!
    Abrazote ;-)

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  4. andas colmada. take it easy y pilla algun colega para darle un par de vueltas.

    abzs mil

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  5. Estoy que me salgo, sí, jajaja. A lo mejor sigo el consejo, un abrazo.

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  6. Conozco perfectamente esa sensación de ahogo que describes por haberla vivido. Lo has descrito perfectamente, llega como un ciclón con mucha fuerza, y tras vivir algo horrible, poco a poco la calma se se apodera de ti muy despacio. Igual que cuando despiertas tras una horrible pesadilla y te das cuenta que era un sueño, sólo que en este caso era pura realidad.

    Bendita manzana que logró relajar tu mente y te devolvió la serenidad. Siempre que es posible tengo alguna infusión a mano para ayudarme a combatir esos horribles monstruos que se apoderan de mí. No me ocurre a menudo, pero alguna vez he sido presa de ellos. La Hierba de San Juan y la Valeriana son mis grandes aliadas en esos casos.

    Me alegra que resistas como una campeona a luchar de la mano de las pastillas. Algo tan sano y tan sabroso como una manzana resulta más eficaz, no debemos olvidarnos del sabio refrán: "An appel a day keeps the doctor away".

    Un abrazo.

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  7. Sí, una manzana mantiene alejado al médico... sobre todo si tienes buena puntería ;-)
    Abrazos

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  8. Una ataque de ansiedad es solo, y nada mas y nada menos que miedo. Como todo estado emocional PASA siempre, y no tiene que ver con que te tomes una pastilla o una infusión o tengas voluntad de pararlo ya que los estados de ánimo únicamente se gestionan, no se controlan. Esto quiere decir que aunque me encuentre mal, por ejemplo, me duela la cabeza, no voy a tomar analgésicos o aunque tenga miedo no voy a huir. Se puede aprender de ello, se puede tomar conciencia de muchas cosas, pero no se puede controlar, de la misma forma que no se puede controlar a quien ama uno (también son emociones).
    La pastilla, la manzana, o la infusión son solo cosas que uno hace, que al incidir directamente en un factor clave del miedo, que es la percepción de control, hace por si mismo que la persona entienda que algo puede hacer para estar mejor. Es esa fe, esa esperanza la que puede tener algún efecto positivo. Una pastilla, que indudablemente tiene un principio activo, puede tardar una media de 20 minutitos en hacer efecto, pero a la persona que sufre el ataque de ansiedad se lo hace de forma casi instantanea.
    Es decir, si vamos a depositar la clave de la solución en algo externo y no en la comprensión de lo que nos pasa, casi mejor tomar pastillas y no agua con gas, mas que nada porque el agua con gas no tiene efecto ninguno sobre nada. Lo realmente problemático de la ansiedad, o de los ataques de pánico no es el que se produzcan, sino el no entender con que tienen que ver.
    Saludos.
    Jesús.

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  9. Soy más que esto que me está pasando. Supongo que es la clave de casi todas las emociones. Traspasar la línea y no quedarnos anclados a ese presente que inminente se anuncia como destino perenne. Dice Jesús que es la gestión y no el control, pero acaso cuando uno se dice en ese momento: 'puedo hacer algo por estar mejor' no es, en cierto modo, adoptar el papel de controlador de la situación?. No sé, al final son sólo palabras diferentes para tal vez, la misma cosa. La cuestión es saberte dueño de lo que ocurre, es tu cuerpo y tus ideas y tus pulmones o tu respiración. Ese 'mi' delante de las cosas las hace maleables. No sé, no sé explicarme mejor. Quizá alguna que otra vez no funcione lo que funcionó previamente, y tampoco convendría machacarnos después del suceso pensando: jodeer, qué hice mal que no supe gestionar/controlar esta vez!? ...
    Calma, como siempre, qué novedad. Y aceptación, para variar.
    Más o menos ;)

    Pd. Enhorabuena, de verdad, porque sienta de muerte saberte dueña, en esos instantes, de lo que eres en realidad :)

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  10. Nebroa, te explicas de maravilla, y es cierto que lo que funciona un día no funciona otro, pero hay que seguir buscando estrategias de autogestión, no queda otra. Y calma, como tú dices, y aceptación, qué remedio. Gracias por la visita, te estoy leyendo en un momento malo, y me acabas de recordar lo dueña que puedo ser todavía, de por lo menos algunos instantes. Ya para los otros, los que me arrastran, no me queda otra que agarrarme fuerte, aún no sé muy bien a qué. Lo veo todo tan roto... bueno, debo de tener pegamento por algún sitio... a ver que lo busco. Un abrazo muy grande, y gracias.

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  11. ''te estoy leyendo en un momento malo'... Apúntalo también como mío.
    Y me ha gustado leerte justo aquí, en ese instante. Fíjate, hasta a ese párrafo tuyo, cortito, me agarro yo cuando los momentos arrastran. Yo no sé si es pegamento lo que hace falta o mochila de aventurera para buscar más cosas completas y menos deterioradas; supongo que funciona todo: El amigo al que no llamas nunca, hacer con tu madre una receta nueva de bizcocho de piñones!, salir a tomar el sol, escuchar sólo los pájaros de entre todos los demás sonidos, ducharte, cantar como si fueses famosas y lo hicieses bien y comprar un paquete de arcilla en el chino y hacer bolas!! jajaj... No lo sé, yo me agarro a todo, muchas veces. Es cansado, a veces, buscar boyas constantemente, pero también es bueno aceptar (ja!) que de vez en cuando todo es océano y no se atisba, de momento, tierra firme. Más o menos, otra vez ;)
    Pd. Gracias. Sí, mola dar las gracias a alguien que escribió sin pensar que iba a ayudar a nadie. Mua.

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  12. Mua, Nebroa, parece que estamos en barcos muy parecidos, aunque a veces nos caigamos y toque agua fría por resbalar desde la borda. Aunque me da que sabemos nadar desde hace tiempo. Remua!

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