Cuidar: Querer y ayudar a otra persona a ser lo más feliz, completa y autónoma posible, realizando en su lugar sólo aquellas acciones que no puede hacer por sí misma, con su beneplácito y complicidad. Cuidar tiene que implicar siempre enseñar y aprender autocuidado, también.
Cuidarse: Quererse, ser consciente de nuestras capacidades y limitaciones, y de la cantidad de estrategias que están a nuestro alcance para desarrollar las primeras y afrontar las segundas. Cuidarse tiene que implicar siempre enseñar y aprender a cuidar, también.
Dejarse cuidar: Es la relación que se establece entre quienes se cuidan, es uno de los pactos más importantes entre dos personas (aunque puede hacerse entre muchísimas más) Es necesario que vaya acompañado de cariño y complicidad, de retroalimentación, así como estar libre de abusos, chantajes emocionales y resentimientos. Si no es así, los conflictos, el cansancio y la desesperación serán constantes (en lugar de ser simplemente circunstanciales a los momentos puntuales de estrés relacional, comprensibles en cualquier relación humana de cotidianeidad y larga duración).
Son raras las relaciones en las que sólo se da
son raras las relaciones en las que sólo se recibe
también en las que sólo se enseña,
o en las que sólo se aprende
son raras, creo que no conozco ninguna,
pero sí conozco alguna muy, pero que muy descompensada.
Cuidar, cuidarse y dejarse cuidar es altamente revolucionario.
deberíamos tatuarnos el verbo cuidar...
ResponderEliminarBonita reflexión, Miñú, y muy necesaria desde que cuidar empezó a llamarse de esa forma horrible: "cargas familiares", ahí empezaron a pervertir el arte de cuidar, cuidarse, y dejarse cuidar. La neolengua y sus catastróficas consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo!