martes, 16 de abril de 2019

Des-amor y cosas.

Anne Carson y la paradoja,
o cuando la filología es punk is not dead
Anne Carson en la encrucijada de los errores.

Agujeros negros en el borde de la vida
pájaros bebé con estómagos muy apretados
y muchas lunas, muchas, indiferentes.

Katie Bouman programa TAC,s de monstruitos límbicos a contraluz,
fotos recientes del núcleo familiar contemporáneo
mientras sonríe tímida como una gran científica,
porque supongo que lo es. 

El calendario se queda quieto
(pero quieto quieto)
y yo me quisiera morir pero no me muero,
exactamente igual que con los otros.

La diferencia.

Entonces caigo, en la cuenta.
Y tengo muchas ganas de romper cosas.
Cosas del amor.
Sin chupito de tequila, a pelo.

O empaquetarlo, el amor,
y enviármelo a mí misma por correo,
a cobro revertido.

También puedo sentir pena,
(ahora se llama empatía,
porque la tristeza está prohibida)
de ti o de cualquiera,
del des-amor de serie
(y su metamorfosis),
de cualquier cosa,
soy muy de penas.

Pero si me pongo seria,
o sincera,
si me cuido
(y aún cuido),
si no rompo
si no estallo
si no me hago daño
será porque valgo
bastante
la pena.

Aunque quisiera estar loca
y mis penas no sentir
porque sintiendo mis penas
mis penas no tienen fin 


Así que me siento y escribo sobre chorradas de las que escribe todo el mundo, y me siento fracasada de una manera prototípica y universal, telenovelesca, cutre, liberadora, ansiolítica, normal y normalizante. Hasta que ya no solo es que no me duela, sino que me dé la risa (que es la mejor forma que conozco de echarle ovarios a la derrota.)

Farfullas gilipolleces...
como si no tuvieras
nada mejor que hacer.

(Aquí iba una estrofa sobre la importancia de la amistad para la salud mental, sobre la posibilidad-o no- de la amistad después del des-amor, pero creo que después de nueve años escribiendo sobre eso, puedo pasar de todo.)

Mi cuerpo es sabio y sueña con muchas noches largas de silencio, gatos, y ausencia, dulce, como un helado de tarta de queso hacia el final de la tarde. Como el abrazo de las buenas amigas, que cuando dan amor siempre es del bueno.

Mi otro cuerpo lee y escribe, por costumbre.

Mi cuerpo bebe agua, rechaza la euforia, lo llevo y lo traigo a terapia, lo pongo y lo expongo por aquí y por allá, de vez en cuando. Me miro en él como en un espejo. Le doy todo el placer que me pide, todo el que puede pedirme.

Mis cuerpos haciéndose amigos.
Paso del mindfullness, ojo.
Prefiero a Simone Weil,
y esos ensayos.













2 comentarios:

  1. Ai, ruliña, penso que xa sei quén eres...e só podo decir o mesmo: QUÉROTE!! MOITO!! Ti sí que eres grande, enorme, sensible, boa xente, intelixentísima, cun corazón ainda máis enorme. Grazas, grazas, e grazas!!

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