lunes, 29 de diciembre de 2014

De la imposibilidad neoliberal de la eugenesia psiquiátrica

    Me paso la vida entre las ganas de comerme el mundo y las de desaparecer para siempre. A esto, los psiquiatras le llamarían trastorno bipolar, pero como la única vez que los tuve delante lo que tenía era psicosis, pues ya se les pasó la oportunidad de ponerme de bipolar (que es como ponerme verde, pero en científico) A mi me encantaría que los (y sobre todo las) psiquiatras saliesen del armario, y contasen de vez en cuando que a ellxs también les pasa algo parecido.

  A mi me pasa, por ejemplo, que leo una noticia sobre un psiquiatra en Dinamarca que quiere detectarnos (a los que nos pasa esto) genéticamente, para que ya si eso no nazcamos. (Por nuestro bien, claro, siempre) Cuando leo cosas así, no sé si reír o llorar. Me da la risa porque pienso: "Pero oigan, si nos detectan y no nos dejan nacer, ¡se quedarán sin clientes!" Las farmacéuticas nunca lo permitirían, me digo con rotundidad, eso me tranquiliza. Pero claro, da la risa si no tuviste un mal día, peleando con un cariño de esos estériles, con una de esas personas que piensan que estás loca, y que es por eso que te duele que no te quieran o que no te lo demuestren, que yo no distingo, a quién se le ocurre.. Vamos, que si me frustro por algo frustrante, es porque estoy loca, claro, súperlógico. Bueno, días así los puede arreglar un poco Celia Cruz a todo volumen, hasta que te acuerdas de que no saliste de casa en todo el día, de que no hiciste nada "productivo" (eso es muy de gente loca, ya sabéis), de que hay gente por ahí que nos quiere abortar (porque mandarnos a la cámara de gas ya no es políticamente correcto), y que Celia Cruz no puede gritar más porque es muy tarde y, bueno, loca sí, pero que me ingresen no me apetece.

  Tampoco cené. Ahí el instinto de supervivencia dirige mis pasos hacia el congelador, donde todavía quedan unas lentejas, y un trozo de pan. Hoy no voy a llorar por temas económicos, me llega con todo lo demás. Mañana me toca comerme el mundo, espero.

Pd: Queridos eugenésicos psiquiátricos, busquen ustedes el gen de los eugenésicos, si tanto se aburren. Mucho mejor para el negocio, dónde va a parar.

1 comentario:

  1. No sabes la cantidad de gente esperando a tomar sus drogas. Solo tienes que consultar los foros de adictos. Y valorar el profundo patetismo de su negación, el escaqueo de la tenencia de una posible enfermedad, por ejemplo con el pitillo en la mano.

    No, el estado no quiere gente enferma y que no pague impuestos. Es el mal menor de un ente moderno, consciente de sí, de su propio interés. ¿Existió en el mundo hasta entonces algo más inofensivo que un demonio? Ser consciente de su propio mal...

    Todos los grandes errores humanos que me enseñaron sin decírmelo de pequeño, han estado amparados en un ideal o una idea de bien social. La eugenesia desde luego, que fue un ideal de Suecos y Nazis quienes pretendían mejorar el mundo con sus planes mesiánicos de perfección. No fueron avaros llenos de posibles defectos que me vendían chuches, conscientes, eso sí, que lo hacían por deseo propio. Lo sabían y yo lo sabía (un interés propio simétrico). Pudiendo aprender cada cual de sí mismo algo nuevo cada día, pero impepinablemente por voluntad propia.

    No busques conspiraciones con las multinacionales. Las farmacéuticas paren un riñón y ese riñón es suyo, y lo venden porque ganan y no pierden nada con ello, no existe nada detrás. Tu estado bueno sin embargo permite prostituir la pena y regalarle el tuyo a un desconocido. Por bien común. Si no llega a más y no es una imposición, es por una autoconciencia contemporánea de la propiedad, de la libertad y del egoísmo.

    Los mercaderes del templo nunca conspiran, te dicen sus objetivos abiertamente, con buena música quizá, que es agradable pero que también te hace sospechar (lo que de nuevo nos hace progresar a ambos).

    Quienes te quieren controlar son los buenos. Afortunadamente el mercado, monumental descubrimiento de autoconsciencia humana, opuesta en todo a un énfasis idealista, no busca tampoco su propia ceguera, sino que pretende igualmente su supervivencia, ¡ojo! no la inmortalidad. El fraude, a largo plazo, no es rentable. Los que llegaron del futuro con ese progreso conocían que buscaban aparte de trabajo, drogas y chuches, fair play.

    Ese el lícito papel del estado, normas generales para poder volar con aviones. La coacción, el chantaje y las guagas que no son de nadie, pero con destinos fijos, quedan para los elevados.

    Feliz año esquizoqué, sinceramente.

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