Como en su momento estudiar, estar aprendiendo a tocar un instrumento me está ayudando muchísimo a organizarme la cabeza. Para empezar cuento con un profesor de lujo, sin el cual no estaría escribiendo esta entrada (¡Gracias!), así que va para ti, dedicada.
Me permite experimentar con una serie de sensaciones, o impresiones, tan dispares, y a la vez tan complementarias, como anclaje y vuelo.
Anclaje por la técnica. Hay que practicar (bastante, mucho, muchísimo), y eso implica:
- Repetir, probar y volver a probar
- Memorizar, y no solo notas o posiciones, también movimientos, sonidos...
- Encauzar y estructurar, darle sentido a la relación entre teclas, notas, tiempo...
- Enfrentarse con la frustración y la limitación, en un entorno seguro
Vuelo por las posibilidades infinitas
- Aprender (con el vicio que yo tengo...)
- Improvisar
- Sorprenderse
- Descubrir
- Grabarse
- Tocar con otras personas
- Escuchar la música de otra forma
- Querer más todo el rato
- Ponerse a prueba
- DISFRUTAR
Así que voy a seguir otro ratito, hasta otra.
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