El racismo es simultáneamente homicida y suicida. Los imperios se convirtieron en tales gracias a la convivencia de pueblos y culturas diversas, y se colapsaron cuando se fragmentaron. Así ha ocurrido y sucede en las naciones con las guerras civiles y cuando, para enfrentarse a las crisis, tomaron a las minorías como chivos expiatorios. El racismo es suicida porque no sólo golpea a los que pertenecen a pueblos distintos sino a los mismos que lo practican. La tendencia al odio indiscriminado que lo alimenta se extiende por contagio de ideas a toda alteridad externa o extraña con respecto a una definición cada vez más estrecha de la "normalidad". Agrede a quienes están "fuera de la raya", los "locos", los "pobres de espíritu", los gays y lesbianas, los poetas, los artistas, los escritores alternativos, todos los que no son homologables a tipologías humanas estándar, aunque sean quienes permiten realmente a la humanidad cambiar continuamente y vivir. Todo sistema viviente se mantiene tal si sólo es capaz de cambiar, y nosotros, los seres humanos, cambiamos cada vez menos con los genes y siempre más con los inventos de nuestros "benévolamente desordenados" cerebros.
Rita Levi Montalcini, Neuróloga y premio Nobel de Medicina
En mi enorme ignorancia desconocía a esta mujer y por supuesto lo que has transcrito. Me ha gustado lo de benevolentemente desordenados cerebros... y una aquí intentando ordenarse el cerebro lo más posible para poder recordar donde puso las llaves cada 2x3. Habrá que buscar soluciones alternativas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarmuy hermoso e instructivo.
ResponderEliminarGracias por compartir estas cosas tan hermosas.
Me alegro de que os guste, una persona muy interesante, la señora Levi Montalcini, tendremos que saber más cosas de ella.
ResponderEliminarGracias a los dos por animarme tanto, besos.