jueves, 27 de diciembre de 2018

Lectura fácil

Bueno pues aquí estoy de nuevo
después de una ausencia mediana en la que no sucedió nada especial
excepto trabajar sin morir en el intento.

No tengo grandes temas ni reflexiones para hoy
tampoco los necesito
simplemente estoy tranquila,
leyendo una buena novela de autorregalo de vacaciones.

La novela es de Cristina Morales
y yo quiero conocer a esa chica
para darle las gracias muchas veces
por escribir sobre el fascismo capacitista.

Si hay premios merecidos en el mundo
el Herralde de novela de este año es uno de ellos,
para ella, y para todas nosotras
que sobrevivimos aún dándonos cuenta 
de que hay personas absolutamente insoportables.

Esta noche que termina frente a la pantalla
tuvo música en directo, un poco de alcohol y una pequeña melancolía,
muy pequeña, ya casi insignificante a estas alturas
pero eso es lo de menos
porque estoy tranquila y es otro premio
aunque no sé si merecido.

Dentro de poco hay que trabajar otra vez
hay que hacerlo porque no tengo valor para okupar
y hacer entonces lo que me de la gana,
porque soy cobarde en la superficie
y también, bastante, en el fondo.

Pero me quiero un poco
y eso está bien teniendo en cuenta que estoy loca
 (o lo estuve)
no sé si como necesidad o como acción política
pero lo que hay de mí de diferente al resto
tiene que ver con eso
y es hasta bonito.

Me duermo acompañada de mis gatos
acompasada por una respiración de andar por casa en esas horas
con una pastilla prácticamente inofensiva
que no recomiendo por no hacerle publicidad a los camellos
de nombres blanqueados por obra y gracia de los impuestos

Mañana cuando despierte
no es cierto que vaya a verte,
al fin y al cabo la verdad es que
solo eres un macho consentido
haciéndote el dramático.












No hay comentarios:

Publicar un comentario