jueves, 12 de noviembre de 2015

Somos personas

Por encima de todo, somos personas.

Las personas en general, y yo misma en particular, intentamos ser felices. Navegar la existencia que nos haya tocado aprendiendo, cuidando, trabajando, estableciendo vínculos, soñando, equivocándonos, cayéndonos y levantándonos. 

Con dignidad, con toda la dignidad que podemos. 

No siempre es fácil. Hay lugares de sospecha permanente donde se empeñan en colocarnos desde fuera a las personas que, además de ser personas , tenemos un diagnóstico psiquiátrico. Pocos lugares más ingratos para habitar que este de la sospecha permanente. Este de la invisibilización y el ocultamiento. Mejor ocultar tu diagnóstico, como si fuera algo de lo que avergonzarse. Como si haberlo pasado mal, haber sido vulnerables a determinados sufrimientos psíquicos, no fuera, en realidad, de las experiencias que más nos hermanan como seres humanos. No conocemos a nadie que no haya sufrido, que no haya experimentado pérdidas, duelos, injusticias, abusos, miedos...a nadie. Ni siquiera a las personas más privilegiadas, sea este privilegio por razones sociales, económicas, culturales, etc. 

Entonces, ¿por qué esta angustia ante el reconocimento público?
¿Por qué vivir en este armario insoportable?

La exposición pública en medios de comunicación me deja exhausta. Me ha generado miedo. por momentos incluso arrepentimiento. Desde hace unos meses trabajo como docente. Es un trabajo que me encanta, me centra, me ilusiona, y que también me cansa, me absorbe, me exige. Me genera inseguridades por la inexperiencia. Y me devuelve al armario, lo cual es absurdo en la era de Internet. Es todo demasiado absurdo, y bastante angustiante. Es hasta opresivo. Y sobre todo, es muy injusto. Muchas personas dirían que se trata del estigma. Hace tiempo que vengo pensando, y diciendo públicamente en redes sociales, que mientras se habla del estigma no se habla de derechos. El derecho a que no sospechen de ti. El derecho a ser social y laboralmente visible como persona que, entre otros muchos aspectos de su forma de ser, formación y capacidades, ha tenido experiencias psíquicas de sufrimiento, confusión, miedo, pérdida de referencias. El derecho a que no te consideren una enferma crónica. El derecho a que no duden de tu capacidad profesional por ese motivo. El derecho a que no te rechacen, te tengan miedo o te vigilen de cerca. 

Mi amiga Sara envía por guasap, mientras escribo esto, una foto de una pancarta en Brasil:                                           "Despatologiza. Movimento pela despatologizaçao da vida" 

¿Por qué habré dicho mi diagnóstico en público? Porque así me marcaron desde fuera. Así quisieron patologizar el resto de mi existencia. Así hicieron conmigo y con millones de personas en todo el mundo. Así nos pusieron bajo sospecha y empezaron a señalarlo todas y cada una de las veces que, solo una pequeñísima minoría estadística, exactamente igual que entre la población general, cometía algún crimen. Y dejaban caer, de forma más o menos explícita, que había una relación "científica" entre diagnóstico y comportamiento. Se olvidaron del resto de comportamientos, de la inmensa mayoría de las personas que compartimos diagnóstico. Así se construye el miedo. Así se construye el armario. Así se construye el estigma, el autoestigma, la sospecha, el ninguneamiento y la exclusión social. Así se rompen vidas, sueños, esperanzas, autoestimas y proyectos de vida. 

 Entonces, si tengo miedo...¿por qué escribo?
 escribo para dejar de tenerlo
 escribo para querer y quererme más y mejor
 escribo para estar orgullosa de ser una persona, igual que cualquier otra.
 escribo para reivindicar mi derecho a no estar bajo sopecha
 escribo porque creo cada vez más que muchísimas personas estamos construyendo otra idea sobre lo que significa ser personas con un diagnóstico psiquiátrico
                   
                                ..... y sobre todo, escribo porque no estamos solas....


PD: "El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas", Ángela Davis
        Pues eso

  

6 comentarios:

  1. Dale, Paula!

    tus palabras me resuenan, conocerte en entrevoces fue algo grande, compartir palabras, reflexiones e inquietudes es algo grande.

    A mí tampoco me es fácil hablar de mis experiencias en público, pero lo veo como parte de la lucha, y me hace más humano, parte de algo más grande que se sale de mi piel.

    A cabalgar, a cabalgar, hasta enterrarlos en el mar!

    Un abrazo y fuerza, compañera

    Manchu

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  2. Quiero darte las gracias Paula por el valor que tienes al exponer tu enfermedad (mejor diría que tienes un don especial) en medios públicos y reivindicar nuestros derechos como animales humanos que somos, no lo digo despectivamente lo de animales, pues son más humanos que la mayoría de estos que dicen serlo y son capaces de todo por un superfluo beneficio.

    Gracias a tu blog empecé a tener una visión crítica del sistema de salud mental, siendo ahora un superviviente de este. Me has ayudado a tener más dignidad que 10 años de pastillas y tratamientos.

    Tiene que ser duro exponerse, pero te doy ánimos para que sigas porque voces como la tuya son muy necesarias y siempre tiene que haber un@ Martin Luther King que nos diga ¡Hoy tengo un sueño!

    Te pongo un video de PIB el secreto de los vampiros, espero que te guste.
    https://www.youtube.com/watch?v=S_PqL0Lu-rQ

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  3. Gracias Clara, gracias Manchu. Soy muy afortunada por haber compartido con vosotros espacios tan esperanzadores. Ojalá haya muchos más, y muy pronto. Un fuerte abrazo, compañerxs!

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  4. Touch, me alegro muchísimo de que seas un superviviente!! Bienvenido al club. Cuidate mucho y lo serás por muchos años.Me animas mucho a seguir escribiendo. Un abrazo!

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  5. Precioso... ¡Sigue escribiendo! Hay mucha más gente con problemas psiquiátricos de los que pensamos, pero optamos por estar calladitos como tú bien has dicho, por miedo a que nos juzguen. A veces alucino con la poca capacidad de empatía de mucha gente, supongo que esa opción es la cómoda. Hay que luchar porque esto cambie desde luego, ya no sabe uno hasta que punto somos nosotros los enfermos o lo son ellos por lo inhumanizados que están.
    Un abrazo!

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