Resulta curioso reflexionar sobre cómo se siente una persona que, habiendo tenido ideas autorreferenciales sin grandes bases objetivas (entendidas como realidad consensuada con los demás), se ponga delante de un público numeroso para hablar sobre experiencias delirantes. Resulta curioso sobre todo comprobar cómo esa exposición "real" a la autorreferencialidad (la gente me escucha con atención, en esta sala, durante este tiempo, y ciertamente mucho de lo que pasa en este momento tiene que ver conmigo) consigue un efecto "normalizador" de la misma. Exponer en público ideas autorreferenciales neutraliza esas ideas, las despatologiza completamente. Aunque sin duda lo mejor de todo fue haber provocado risas de complicidad. ¿Qué más se puede pedir?
"Si presientes molinos, corre sin miedo contra los gigantes, amiga. En el camino has de encontrar la forma de parar el tiempo, y a tiempo estarás, por merced de evitar el castañazo. Más dificil sería que los molinos se aparten"
guapaaa! quería dejarte un abrazo bien gordo por aquí.. me encantó encontrarte ya que los molinos no dan miedo cuando encuentras a personas así de lindas en el camino.. Natalia de las jornadas en santiago, muuass
ResponderEliminarHola Natalia! Un abrazo gordísimo para ti también, yo también estoy encantada de encontrarte, con muchas ganas de retomar esas conversaciones chulisimas que tuvimos. Hasta la vista, amiga, muuasss!!
ResponderEliminarFelicidades por poder hablar en público!! como se suele decir con "un par...", "míratelo bien, pq hablar en público y que te escuchen... nada tiene de normalizador" ;)) bsss
ResponderEliminarHilari
Decía Gayatri Spivak:
ResponderEliminar-Que las subalternas no podemos hablar,
- Que aunque hablemos, no somos comprendidas,
- Y que en el caso de que hablemos y seamos comprendidas, dejamos de ser subalternas, ya que es una posición relacional.
Entonces, cuando hablo como subalterna, hago trampas. Pero sólo si se me comprende. Es complicadísimo.
Besos y abrazos!!!