España, como país mediterráneo que es, es un estado familiarista. Esto quiere decir, básicamente, que el Estado (o sea, nosotros, nuestra sociedad y, por lo tanto, nuestra idea de lo público-político) delega en las familias parte de sus responsabilidades. Allí donde no llega con los servicios (piénsese en conciliación, cuidados, atención a la discapacidad, etc etc), se espera, como por ciencia infusa, que sea la familia la que se haga cargo. Esto tiene sus cosas. sus cosas buenas (la red familiar se considera sólida y capaz de tal hazaña, y a menudo lo es), y sus cositas (en casos de discapacidad, por ejemplo, se le otorga un poder de decisión y tutela......¿exagerado?, en detrimento de la autonomía de las personas)
Problemas relacionados con la salud mental...este mismo. Exceso de tutela, de infantilización, de falta de confianza en la autonomía personal, de asexualización...y el estado familiarista, calla y otorga. Por que si no calla y si no otorga...¿quién va a hacer ese mismo "trabajo"? ¿ quién va a garantizar la manutención, el techo, la tutela, la gestión de los cuatro duros de la pensión que, en tiempos de crisis, pueden suponer la diferencia entre tener la nevera llena o tenerla vacía? Creo que no exagero, pero si desplazamos el eje de visión desde la familia hacia la persona "tutelada", ¿qué consecuencias tiene, para esta persona, el estado familiarista? Con razón cuesta tocar las pensiones, son el núcleo duro de la cohesión social a bajo coste, el núcleo duro de las abuelas cuidadoras, de los miembros en paro alrededor de la pensión del abuelo, del trabajo gratuito de las mujeres como madres, como abuelas, profesoras de apoyo, cuidadoras, enfermeras...psicólogas, y líderes religiosas incluso, predicando tantas veces paciencia, y resignación, y ejemplo...
A la luz de todo esto, uno de los trabajos del empoderamiento en salud mental es, a menudo, deconstruir este tinglado, contra viento y marea, contra la imagen sacrosanta de la madre sacrificada y etérea, virtuosa a la par que guerrera, capaz de darlo todo por su familia. No para acabar con él, que tampoco es fácil, ni en su totalidad conveniente, para qué nos vamos a engañar, con la que está cayendo. Pero sí para poner en valor que esas personas que la sociedad familiarista considera "dependientes" son mucho más que alguien a quien proteger eternamente, alguien a quien hacerle TODO por pensar que NO PUEDE HACER NADA. Alguien que, algún día, como ley natural inexorable, se quedará sin madre guerrera ni virtuosa ni resignada ni sacrificada...ni hacendosa ni madre coraje. alguien que, simplemente, se quedará a solas con sus enseñanzas, con su experiencia, con sus herramientas de superviviencia....sean estas las que sean. Queridas madres, queridos padres, queridas personas cercanas y cuidadoras...gracias por lo que hacéis cada día, pero por favor no olvidéis pensar en lo que pueda pasar cuando no estéis, y en quién tendrá que hacerse cargo de todo aquello que, algún día, ya no podréis hacer, porque no vais a estar. Pensad en eso a menudo, cabe en vuestro amor, es parte de vuestro amor, y todxs salimos ganando, porque será un amor, si cabe, más completo, más inteligente, más social, más solidario, un amor aún mejor. Gracias por pensar en nosotrxs, gracias por querernos tan bien, y por querer querernos mejor más y más cada día.
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