sábado, 29 de enero de 2011

Perderse en el método

Con el paso de los años, y de los delirios, cada vez estoy más convencida de que, al menos en mi caso, tales viajes son funcionales, tienen una causa interna de necesidad. Es decir, hay gente que se busca por dentro con los libros de autoayuda, con la religión, con la visita al psicoanalista, al psiquiatra, al psicólogo o a la madre que los parió.

Partiendo de esta idea mía, constato que se activa la visión periférica en momentos de cierta crisis vital, no necesariamente negativa (de ahí que, en circunstancias favorables como lo son para mi los últimos años, el viaje cursa en positivo, sin asomo de psicosis). La tal crisis puede ser consciente o inconsciente, puede haber conflicto interno reconocible o puede ser un runrun subterráneo, del que me hago consciente cuando pasa el chaparrón autopsicotrópico.

Así, delirar es un método muy sui generis para abordar encrucijadas psíquicas,un método radical y muy poco convencional que posee incluso riesgo de represión desde el exterior. Pero, como ya comenté en otras ocasiones, a delirar bien también se aprende. Por delirar bien debe entenderse emplear el método con cautela y consideración hacia uno mismo y las personas que le rodean (ver entradas anteriores más exhaustivas sobre el tema). Somos seres sociales y vivimos en una sociedad de corte racionalista, así en general.

Que delirar sea un método de resolución de conflictos no es, ejem, una idea compartida universalmente, de eso no me cabe la menor duda. Por ello, es fácil perderse en el método, por causas diversas:

- No reconocerlo como método, sino como tragedia (enfermedad, enajenación...)
- No reconocerlo como método, sino como realidad con carácter de absoluto. Si no se aprende a mantener el equilibrio entre conciencia psicotrópica y conciencia habitual, los riesgos son graves (quedarse pillado, a veces la sensación de intensidad mola mucho).
- Que no se reconozca como método desde el exterior. En estos casos lo mejor es disimular si constatamos que nuestros esfuerzos por hacer comprender caen en saco roto y pueden provocar daños permanentes (incapacitaciones) o menos permanentes pero igualmente molestos(hospitalizaciones, medicalizaciones,discriminaciones...)

Nuestra cultura pretendidamente científica no reconoce el delirio de ninguna otra forma que no sea como trastorno biológico. Y como esta forma de concebirlo sigue escapando a la rigurosa constatación científica, el resultado es considerarlo como algo biológico sí, pero sin saber aún cómo ni por qué. En cambio nuestra cultura reconoce también, a modo de concesión para crear empleo en las universidades, la existencia de ciencias sociales o humanas. Esta concesión proviene del positivismo del siglo XIX, donde el paroxismo filocientífico alcanzó cotas extraordinarias, hasta el punto de querer aplicar métodos empíricos de medición cuasi objetiva a disciplinas tan intrínsecamente subjetivas como la literatura, las artes o la propia psicología (valga la rebuznancia). Ahora bien, si entendemos ciencia en un sentido filosófico, como conocimiento, veremos que este afán, legítimo, necesario y casi consustancial a la naturaleza humana(siempre hay excepciones, como presumir de necio) va mucho más allá del método científico positivista. Queremos saber y comprender, y no solo de asuntos biológicos. Queremos comprender el amor,queremos comprender a las personas que queremos, queremos comprendernos a nosotros mismos, porque intuimos que es legítimo y necesario.

Cuando surgen dentro de nosotros experiencias que nos desbordan por su fuerza y novedad, queremos comprenderlas, y en esta búsqueda la versión profesional mayoritaria puede ser más que decepcionante, con honrosas excepciones, por no decir directamente dañina. Si una cae en manos de un profesional que no es de su cuerda, enseguida comprobará, con un mínimo de perspicacia que se activa rápidamente cuando nos sentimos injustamente juzgados, que lo que nos están contando de lo que nos pasa no nos ayuda, que las medicinas que nos dan para curar nos sientan mal, que los pronósticos nos sientan peor aún que las medicinas, y que la sociedad que nos espera después de todo eso puede ser marcadamente hostil.

Y todo porque la disidencia se oculta y se invisibiliza desde que el mundo es mundo. Curiosamente famosas disidencias permitieron dar pasos de gigante en los mundos del conocimiento, contra los entonces dueños del conocimiento. Pensemos en Galileo, en Miguel Servet, y tantos otros. Hoy en día, en una sociedad que se llama a sí misma democrática, también hay dueños del conocimiento, que siguen silenciando y minimizando discursos disidentes.

Cuando se comprueba lo terapéutica que puede resultar la disidencia, su silenciamiento duele más, no por una que, al fin y al cabo, le ha sacado provecho, sino por todas las personas que se lo están perdiendo, por todas las personas que se pierden en el método porque nadie les ha ayudado a reconocerlo como tal. Sin conciencia de enfermedad uno se siente menos enfermo y, por lo tanto, más sano. ¿No se trata de eso todo el tiempo?

18 comentarios:

  1. ¿Existe alguna posibilidad de contactar contigo vía correo electrónico? He buscado pero no he encontrado ninguna dirección de contacto.

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  2. Hola Diana, puedes escribirme a magapepa@gmail.com. y ya me cuentas.
    Saludos

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  3. Me encanta como escribes, lo que escribes y cómo lo narras. El razonamiento sobre la acción de "los terapeutas" me parece terriblemente cierto. En términos generales me parecen un estorbo, tan tópicos, tan aborregados. Salvense las escepciones que las habrá como en todos los sectores. Un fuerte abrazo.

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  4. compañera que los delirios son aceptados socialmente cuando están en un plano general y aafectivo.
    Expresiones como delirio de amor, delirar por el futbol, delirio político, delirio místico...
    Claro que el delirio es una salida a un problema. Mucha de nuestra realidad es delirio (religiones hipotesis cientificas,...) De hecho se reconoce que la mejor salida de una "crisis delirante" es integrar el episodio delirante en la trayectoria vital. Lo insano es sacar el delirio de la vida, extirparlo y ponerlo ajeno al desarrollo de la persona, eso es lo "esquizofrenógeno", eso es dividir.
    La percepción tiene mucho de "construcción de realidad" como has apuntado en otras entradas..
    En fin, que estas teniendo unas entradas dignas de elogio...
    Abrazos.

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  5. Emejota, gracias siempre por venir. Igualmente a Miguel. No me echeis tantos piropos que me pongo colorada.
    Y si, hay muchos delirios aceptados socialmente, mi preferido es el consenso político.
    Un abrazo a los dos.

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  6. La palabra "delirio" se usa tácnicamente (es decir, limitada a una profesión) en sentido negativo.Fuera de la profesión, o dentro de ella en sentido polémico, puede usarse de cualquier modo, como todas las palabras. Su etimología es "desviarse de los surcos al arar". Esto es, arar para cualquier lado, salirse de formas preestablecidas.

    Cuando usan frases como "delirio científico" o "delirio político", le están dando otro sentido a la palabra delirio, no el técnico psiquiátrico usual. Si es así, deberían definir su sentido de forma más intersubjetiva, porque de lo contrario es un simple alegato contra un supuesto dogmatismo o fanatismo, sin dar la explicación de por qué es así. Además, da la impresión de que en el caso científico o político, delirar sería malo, y en otros casos, bueno.

    Varias preguntas me surgen de este texto. La primera sería como saber si uno está delirando. Porque sería muy razonable creer que, una vez que te hiciste conciente de tu delirio, es porque dejaste de delirar, ya que reconociste de qué surcos de "cordura" te habías salido. Pero si mientras deliras no eres conciente de que deliras, es imposible que sepas si deliras bien o deliras mal, y podrías estar corriendo peligro. En cualquier caso sería una locura. Y como toda locura, puede tener consecuencias buenas o malas, pero siempre desconocidas e incontrolables.

    También está el gravísimo problema de que, si no se clarifican correctamente las palabras, inducir a delirar a una persona realmente enferma puede ser un desastre.

    ¡Eso! Espero respuesta. ¡Saludos!

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  7. Hola Omar, lo primero bienvenido por aquí. Te puedo decir sin mentir que cuando deliro lo hago conscientemente, una vez que conseguí liberarme del terrible delirio psicótico. He mantenido, no sin esfuerzo producto del aprendizaje, una especie de doble consciencia, deliro y me planteo al mismo tiempo que los pensamientos que tengo en ese momento, por su naturaleza e intensidad, son de naturaleza delirante. Pero como no quiero que mis pensamientos sean mis enemigos, los dejo "pasar" cuestionándolos al mismo tiempo, dejo que estén pero impido que me arrastren como única interpretación de la realidad. Para ayudarme cuento con amigos muy cercanos que, desde fuera, me ayudan a separar lo exagerado de lo probable. Y así lo llevo desde hace años, sin medicación y sin interrumpir mi vida, puesto que también he aprendido a "disimular" ante gente que no es de mi confianza o círculo cercano.Hay muchas entradas sobre estos temas en este blog, incluso muchas visiones diferentes, mi comprensión del asunto va cambiando y lo voy reflejando por aquí.
    Gracias por tu preocupación, de todas formas, que entiendo perfectamente. Para tranquilizarte te diré que se concentran en unas semanas cada ciertos años, el resto del tiempo paso por normal (con bastantes matices, como cualquiera).
    En cuanto a los delirios "mediáticos", tienes toda la razón, son meramente peyorativos y sensacionalistas, y no acabo de ver la relación con los míos, que siempre son mucho más existencialistas que fanáticos.
    Si tienes más preguntas, no te cortes.
    ¡Saludos!

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  8. Gracias por responderme. Hojeé algunas de tus entradas anteriores, pero no pude en base a ellas formarme un cuadro de tí. Básicamente quería saber si estabas más cerca del terapeuta o del "enfermo", en el sentido usual del término.

    Mi formación profesional es muy lejana a estos temas, pero soy autodidacta. Me interesan porque he conocido a muchas personas esquizofrénicas que viven en la pobreza, totalmente apartadas de la realidad, y siendo violentas con los que los rodean. Yo nunca me he "disociado" (en el sentido usual) de la realidad, pero he tenido algunos problemas psiquiátricos que tuve que superar.

    No me queda muy claro tu concepto de delirio. ¿Te refieres a entrar en una imaginación al nivel de sustituir la "realidad" por ella? ¿Y qué consecuencias sociales tiene eso? ¿Qué pasa con la aislación, la socialización, esas cosas? ¿O lo usas como un método controlado de creación? Algo así como lo que hago yo, que puedo controlar lo que sueño y crear poemas e imágenes que despierto no se me ocurren, e incluso puedo resolver problemas matemáticos durmiendo.

    Bueno, eso. ¡Saludos!

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  9. Pues a mi tampoco me queda claro, la verdad, al no poder clasificarlo según experiencias conocidas o documentadas. Tampoco importa mucho, la verdad. Sólo sé que lo que habitualmente se llama clínicamente esquizofrenia no encaja ya conmigo, aunque sí he tenido varios de los "síntomas" que reflejan los manuales. Si estás en el mundo de la física seguro que te interesa la física cuántica, tema sobre el que no puedo saber nada a nivel técnico pero que intuyo a nivel filosófico, y que para mí consiste en mantener un equilibrio entre lo que podría ser y lo que es. Hablando en términos de universos paralelos, es como si de vez en cuando pudiese estar en dos sabiendo que son dos, y que uno es general (compartido en percepción por la gente que me rodea)y el otro es personal y subjetivo, y por lo tanto sospechoso de inverosimilitud a ojos del otro. Saber distinguirlos es el reto, y todo sucede dentro de mi cabeza.
    Nunca he sido violenta, la agresividad es solo una de las posibles respuestas ante determinadas percepciones, y es una respuesta, la violenta, demasiado publicitada por el sensacionalismo frente a otras, que por moderadas pasan desapercibidas.
    Y soy muy sociable, me gusta la gente, creo que en general eso ayuda mucho, los vínculos afectivos son la llave de las puertas bonitas, las que no lo son mejor que permanezcan cerradas.
    No sé si he respondido, pero creo que ya no se puede decir mucho más, dentro de lo que estoy dispuesta a decir.Mi mente también tiene derecho a la intimidad, y se muestra solo en la medida que lo desea. Lo que he decidido contar está en estas páginas, y ya me parece bastante.

    saludos!!

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  10. El "delirio-lúcido" es un hecho psicopatológico. No es que yo este muy al tanto pero puedes leerlo en la obra de Castilla del Pino. El delirio no es una opción. O sí o no. Pero existen ciertos sujetos que son capaces de tomar las medidas oportunas cuando la fantasía deja de ser "como sí" a ser tratada como siendo real. Castilla, para que se pueda entenderse, pone el ejemplo normal de la conducta masturbatoria: el sujeto sabiendo que momentos previos al orgasmo va a relacionarse con su fantasía no "como sí" fuese real sino siendo real toma de antemano las reservas adecuadas en su intimidad para dejar a salvo su identidad. Ante la inquietud de Omar decir que esta conducta no es lo habitual pero se da a veces como producto de la experiencia de delirar. De todas maneras el delirio es siempre una manera de jugar con uno mismo y uno delira simplistamente de lo que "quiere". Ni mucho menos tienen porque ser fantasías violentas. En esto muchas veces el inconsciente personal tb toma sus propias medidas. La actitud de considerar al psicótico como un predelincuente (vuelvo a Castilla) no tiene base, todo sujeto normal, resulta lógico ,se encuentra en esa categoría. La violencia en el ser humanos es difícilmente predecible. Y los datos están ahí avalando que el psicótico es ante todo una víctima (ya sea física o psicológica)) de violencia externa que ese protagonista de hechos que suelen ser llamativos por su excentricidad inexplicable pero raros estadísticamente.

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  11. Tienes toda la razón, anx, en la consideración falsa del psicótico como delincuente.Interesante el ejemplo masturbatorio, resulta muy comprensible y al alcance de cualquiera. Gracias por tu aportación en este blog, siempre de gran interés.
    Saludos.

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  12. Entonces se trata de un método que sólo poquísimas personas podrían aplicar en su totalidad. Los ejemplos del deporte o la política paracen muy simples para relacionarlos con un delirio, a mi juicio. Las personas disfrutan una gran pasión, pero no crean en su mente objetos que parecen de afuera. En política y religión, creer algo contra toda evidencia racional más bien parece ingenuidad que delirio. El ejemplo de la masturbación parece más bien asumir la forma de sensación incontrolable que de delirio. En los únicos casos en que me ha parecido conocer gente que delira casi a propósito es en una iglesia pentecostal a la que asistía cuando era pequeño, pero eso jamás me pareció muy sano, era algo lleno de temor y referencias divinas y demoníacas. Entonces, como decía, parece que es algo que muy pocos pueden hacer de buena manera.

    Y es cierto: las personas con mentes que se salen del promedio tienen un estigma que hay que cambiar.

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  13. Omar,en mi caso la religión no juega ningún papel, pienso que tenemos que buscar nuestros modestos paraísos en la tierra, y pienso que la tierra, además de para esquilmarla, saquearla y contaminarla, está para conocerla, y cuando digo tierra es una metáfora, digo materia, incluida en esta categoría la potencialidad de la persona, sea para crear,para delirar o para dejar de hacerlo. Una gran aspiración existencial para mí es conocerme y mantener la mente sana, incluso en medio de un delirio.En temas de salud mental, taner claras las prioridades es un buen principio.
    Mis escritos sobre el delirio van dirigidos sobre todo a que la gente que pasa por ellos tenga la esperanza de poder llegar a controlarlos, para que impacten de la menor y menos dañina manera en sus vidas. Si alguien puede porque ha aprendido, aunque seamos pocos, los demás también podrán hacerlo. Estamos aquí para dar referentes de recuperación, contra la fatalidad desesperanzadora de los pronósticos psiquiátricos.
    Saludos!!

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  14. Asumir una enfermedad siempre es desagradable. Pero renunciar al ejercicio de un vector competitivo ya sea contra nosotros mismos o nuestros pares sólo puede llevar a la inacción y el estancamiento. No es que me agraden los cupos pero son un buen ejemplo de integración compitiendo entre pares. Un diagnóstico de enfermedad mental no tiene porque implicar necesariamente realidades sombrías. Siempre va existir gente que elige no cuidarse o grandes dependencias pero queriendo, y con la ayuda correcta, muy probablemente hasta 2/3 de los pacientes diagnosticados de una enfermedad mental grave podría llevar vidas normalizadas e independientes. Con esto quiero decir que instalarse en el abismo te va a separar a la larga de la acción y el significado de tomar las riendas de una vida. Tu pretensión para un parapléjico de esa renuncia a usar una silla de ruedas nunca puede resultar en nada interesante sino en un terminal y empobrecedor descanso. Soy muy escéptico, todo sistema que se aisla tiende a perecer...

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  15. Anx,no estoy en contra de las ayudas ni de los cupos,estoy más bien a favor de toda ayuda, y la que yo propongo va en la dirección de necesitar cada vez menos esa ayuda, que es el objetivo de toda ayuda ¿no?

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  16. vaya, que animado que están los comentarios. Lo primero disculparme por mi simplificación del fútbol. Parto de hechos aislados que intento encajar.
    Creo que comparto la idea de que no existe percepción pura, que toda percepción es subjetiva y que si uno cree poseer la percepción correcta todos los demás son delirantes según su criterio. Es decir, si yo creo, por prejuicios, que las cosas son azules, haré lo que sea para verlas todas azules y seguir en mi delirio. No delirio como patología, sino como sistema de creencias. Ver a Dios en una tostada, creer que el tabaco sabe bien y tranquiliza, pensar que todo el mundo es malo/bueno aunque tengamos pruebas de lo contrario, etc.... Son delirios. Pero en el concepto de delirio esta la coletilla de creencia "no aceptado culturalmente"...
    El concepto delirio es complicado. En distintos idiomas tiene muy diferentes acepciones. En ingles (delusion) o en alemán (wahn)se refiere básicamente a la patología del pensamiento, a creencia errónea, mientras que en castellano abarca cierto componente afectivo (por eso mi chiste del delirio por pasión).
    Llegaron a proponer llamarlo delusión al delirio para diferenciarlo claramente (si te fijas veras que Lizardo lo escribe a veces así)
    Releyendo veo que hay un par de saltos... si la percepción no es real sino delirante entonces el pensamiento, el sistema de creencias en el que nos basamos, se basa en la percepción de la realidad (que es delirante) así que las creencias también son delirantes. Aprendidas y compartidas, pero delirantes. Se puede enseñar que tras un brote psicótico no hay salida. Y hay gente que se lo cree, y entonces no ve la salida.
    Nadie puede ver el futuro, nadie sabe la cantidad de recuperaciones que hay (porque los recuperados no lo cuentan, cuando pasaron por ello prefieren ni mencionarlo).
    No quisiera banalizar, por que esto no dejan de ser pensamientos desde la barrera. Yo no bajo a la arena a medirme con creencias erroneas y a sufrir por ellas, como mucho ayudo, apoyo o acompaño desde mi posición.

    Y esto venía por.... ah si, que me encanta la técnica de contravolante que utilizas. Ya que deliras/delirabas de una manera excesiva, decides llevar las riendas de tus delirios. Es como cuando vas en coche por la nieve y pierdes el control. Hay que girar el volante en la dirección que te estás yendo para tomar el control.. parece lo menos lógico pero es lo que funciona.
    Cada uno tiene sus problemas, cada uno sus soluciones. La solución tuya a lo mejor no es la de él, y viceversa, pero el caso está en que para ti es una solución y que sirves de ejemplo como alguien que ha encontrado una solución que a nadie se le había ocurrido antes.

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  17. vaya rollo he soltado (me sonrojo)

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  18. Y sin embargo Miguel, ha sido un rollo de aplauso.
    Un saludo.

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