jueves, 7 de agosto de 2014

Calor espeso y vibrante

Hoy me despierto con el recuerdo de un sueño, muy nítido.

Estoy en África, en uno de los países donde el Ébola está atacando fuerte. El paisaje es apocalíptico. Las calles están vacías. La gente, aterrorizada, no sale de sus casas. Es África, pero es mi ciudad, la playa, el paseo, la calle de vinos... pero es África. Las únicas personas que todavía están en la calle son personal de ongs sanitarias. Una de estas personas se llama Laura, es médica, y es completamente encantadora, amable, dulce y serenamente consciente de una trágica verdad: probablemente esté infectada, yo lo sospecho también, de mí misma, y ella lo sabe. Sentimos las dos un calor espeso, vibrante, parecido a los principios de la gripe.

Sus compañeros médicos nos miran con infinita comprensión, solidaridad...e impotencia. Sin atreverse a decirlo, piensan que nos están perdiendo. Laura me coge de la mano. Me dice: vamos tú y yo a descansar, a tumbarnos, a una zona tranquila, vamos a bañarnos en leche. De momento eso, no tengas miedo. Y yo no tengo miedo.

Me despierto antes de tiempo. Mi plan para hoy es ir a la biblioteca a trabajar un poco, a escribir. Me da rabia no haber dormido lo suficiente, y al mismo tiempo, dormir solo cinco horas siempre me dió una lucidez un tanto extraña. Voy directa a la nevera, no siento calor pegajoso ni vibrante, pero me bebo el último medio vaso de leche. Luego enciendo el ordenador, y escribo esto.

15 comentarios:

  1. Hace tres días, al final de una charla sobre los pactos de ficcionalidad y los pactos de cuidado, un señor del público, me pareció que un tanto molesto (aunque puedo equivocarme) me preguntó que qué tipo de comentario esperaba de una entrada como esta. Le respondí que este blog tiene entradas de muchos tipos, que algunas eran simplemente poéticas, y que esta era una de ellas.

    Sin embargo, su pregunta, o más bien lo que percibí como su molestia, me acompañó estos días. La poesía que nace de los sueños, como los sueños mismos, es extraña. Mezcla realidades y sensaciones que no pueden estar más lejanas en el mundo de la conciencia común, de la vigilia racional,por llamarlo de alguna forma. Creo que el sueño que inspiró esta entrada es uno de ellos, y en él parece como yo quisiese conjurar un tipo de horror (el del miedo a la muerte), con sensaciones que lo borrasen: confianza, apoyo, valentía, fórmulas mágicas... Al final la vida es, entre otras tantas cosas, eso mismo, intentos de conjurar el horror, porque a poco que miremos alrededor, podría estar por todas partes.

    Beber un vaso de leche al despertar no es más que un pequeño recuerdo ritual de lo mismo. Al final, no resultó tan extraño comentar esta entrada. Espero que el señor que me hizo la pregunta esté de acuerdo conmigo. En cualquier caso, le mando un saludo desde aquí.

    ResponderEliminar
  2. Por un lado, me hubiera gustado una respuesta como la que diste al otro. Cargada de respeto. ¿Qué habrá hecho para merecer tu respeto? Fue impresionante. Pero por otro, con una respuesta así, sentiría que todo es... demasiado... no sé... normal.

    Pactos de cuidado. ¿Te refieres a eso dónde tu familia pacta cuidarte a cambio de algún tipo de piruleta?

    Pactos de cuidado. Bueno, primero tendrás que dar la conferencia sobre cómo conseguir una buena familia. Es decir, supongo que tendrás que planificar una batería de varias conferencias.

    1º Cómo tener una familia buena en cinco días.
    2º Como tener una red social en una semana.
    3º Técnicas neocapitalistas para tener tu propio programa de radio.
    4º Como encontrar pareja a pesar de tu trastorno.

    Y después, ¡tachán!, la conferencia número cinco, la del pacto de cuidado. Es decir, después de tener programa de radio, red social, familia buena, entonces es cuando puedes permitirte el lujo del pacto de cuidado.

    El señor ese debería habértelo preguntado. ¡Qué desperdicio! Estar delante de una celebridad para limitarse a una preguntita de tan poco calado.

    Yo la hubiera hecho.

    ResponderEliminar
  3. Hola Alauine, bienvenido de nuevo por aquí. Ahora que ya te he saludado con respeto, me gustaría que me recordases cuando no lo he tenido contigo. Probablemente te refieres a una pregunta que me hiciste hace tiempo, cuya respuesta por mi parte fue un tanto irónica (que no falta de respeto). La ironía para mi es una forma de relacionarme, muchas veces, pero nunca falta de respeto (llámalo defensa, si quieres, pero nunca agresión, en tal caso). Si lo percibiste así, lo siento sinceramente.

    En relación al resto de tu comentario, no sé muy bien qué decir, pero voy a intentarlo.. La percepción que tienes de mi como una persona afortunada no va desencaminada, me paso el día (y las charlas) dando las gracias por mis amigas, por mi familia, por la gente a la que quiero, y que me apoya. Intento corresponderles a todas y todos, aunque sienta que nunca será suficiente.

    Por pactos de cuidado me refiero a eso, en gran medida

    Es cierto que la familia no se elige, tengas o no suerte con ella. Las amigas sí se eligen, o mejor dicho se encuentran, nos encontramos, y nos construimos todo el rato,unas a otras. Y si, en lo que se refiere a mi vida, a mi biografía, puedo presumir de que lo estamos haciendo bien. La medicación aquí no pinta nada, excepto pastillas para dormir, de forma puntual.

    Una red social se hace, y se sigue haciendo, toda la vida. Algunas personas de la mía son anteriores al diagnóstico, otras posteriores.

    El programa de radio cuesta 25 euros al mes, que es lo que cobra la emisora a todos los programas que se hacen en el. Lo financiamos entre todxs, con cuotas (3 euros al mes, 5 euros, o nada, lo que pueda cada persona). El neocapitalismo era eso.

    En cuanto a la pareja... a ninguna le oculté mi diagnóstico, es algo que llevo muy abiertamente, como sabes. Para mi, informar del diagnóstico cuanto antes, en cuanto surge, es un detector de gilipollas: Si no les gusta, ellos a mi tampoco.

    Espero que te haya respondido con respeto a todo lo que planteas. Son muchos años cuidando lo que creo que es importante
    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  5. Auluine, me niego a entrar en tu juego, si te aburres no es mi responsabilidad.

    ResponderEliminar
  6. En la terapia, con los psicólogos, tampoco se puede hablar con ellos de nada que no sea su guión.

    ResponderEliminar
  7. Fue el dolor lo que me llevó a entrar a saludar. Esa respuesta que te di, estaba motivada por el dolor. No las de esta entrada, que están motivadas por la ira.
    Todo empezó el día en que dije que las relaciones sociales no eran algo tan sencillo, incluida la relación con el psicólogo mismo.Y esa opinión me condujo hacia un destino amargo en los blogs. Pero me dio igual, porque el dolor es más intenso que todo eso.
    Se me acaba el tiempo. De alguna forma, lo siento así. Y necesito respuestas. Pero la que me llamaba compañero al principio, que decía que no me veía antisocial, la que se quedó conmigo desde el primer momento en su absurda necesidad de demostrar constantemente que es más inteligente, lo cierto es que jamás hubiera hablado de nada conmigo sin la personalidad del auluine que se deja pasar por encima.
    Es decir, que reduje a una sombra mi impulsividad para tener el honor de recibir las respuestas de José Valdecasas, de Raul, Almudena, del señor Castro, etc... respuestas que eran casi siempre palos. ¡Y aún así desvié la impulsividad para conformarse con eso!
    Con mi impulsividad real, jamás habrían hablado conmigo. Era importante modificarse.

    ResponderEliminar
  8. Entrando a lo personal me hiciste daño. No es cierto eso que dices, y lo sabes. No se de donde sacaste esas supuestas relaciones y motivaciones, o si simplemente es esa impulsividad sin filtro.
    Nadie nos lo aguanta todo, nadie. No tiene que ver con ningún trastorno, tiene que ver con no esperar lo que quizá nadie puede darnos.
    La clave de la sociabilidad no es la inteligencia. En mi caso intento que sea la empatía. Aún con toda tu ira, puedo seguir comunicándome contigo, pero si vienes a atacarme, no voy a dejar que pases por encima.
    Puede que encuentres respuestas, o paz, o lo más parecido, cuando vivas sin miedo al fracaso ni deseo de éxito. Eso no lo digo yo, lo dice Alan Moore, el guionista de cómics, creador del personaje de Prometea, que da nombre a nuestro programa de radio.
    Voy a borrar el comentario en el que dices cosas desagradables, espero que no te parezca mal, creo que no me las merezco, por eso lo voy a borrar.
    Ojalá no te haga daño nada de lo que te digo, porque no es mi intención en absoluto.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. Es decir, que ahora vas a determinar las cosas que puedo decir o no en tu blog para intentar quedar mejor en todo momento.
    Esto parece una terapia. Yo no tengo ni voz ni voto. Bueno, entonces lo único que puedo hacer es asegurarme de que borres todos mis comentarios, para que se me saquen las ganas de escribir. Borra mis comentarios, luego cuando no estén, opina sobre ellos.
    ¿Estás preparada? Intentaré ser yo mismo.
    PD: ¿podrías borrar todos los comentarios anteriores, esos en los que me falsificaba, en los que aguantaba con estoicidad? Borra esos también.

    ResponderEliminar
  11. Ay, no sé qué decirte. Que gracias por venir, yo que sé. De todas formas, en cierto modo, me caes mejor ahora, te muestras más. Me da mucha pereza borrar comentarios. Ese lo borré´porque no me gustó que mencionaras a personas a las que quiero, de esa forma tan... no sé, ¿truculenta? Bueno, en fin, tampoco es el fin del mundo borrar un comentario, y la razón es muy concreta, espero que lo entiendas. Tú también borraste uno hoy mismo.

    Sobre las terapias... en general, son para adaptarse. Si no es tu finalidad, pues no las uses, yo tampoco lo hago. Sobre la ira...está bien saber de donde viene, y a donde va. Algo sé de iras ajenas, eso tampoco es el fin del mundo. Otra cosa es lo que esperes de mi exactamente, si es que esperas algo. En ese caso, me gustaría que me lo aclarases, para saber si puedo estar a la altura, o por el contrario sigo quedando bien, que tampoco me cuesta mucho, ya ves.

    De todas formas, parece una declaración de guerra, o algo parecido. ¿Por qué me toca a mi ser el adversario? ¿Eres brujo? ¿Va a ser una guerra mágica?


    ResponderEliminar
  12. Cómo están las cabezas...

    ResponderEliminar
  13. La autora de blog ha borrado el primer comentario. Plas, plas, plas.
    Que maravilloso pacto de cuidado.
    Pero tenía entendido que eras de letras, ¿cómo conseguiste acertar con el botón?
    Nunca existió la seguridad de que no fueras a borrar mis comentarios en cuanto te diera la real gana. No existe la seguridad de que la gente en el Pub Patachín o de cualquier otro no me trate como tú en cuánto se les crucen los cables.
    Si buscas un oponente intelectual, mejor ve a llamar a Raúl Velasco, yo sólo buscaba un poco de visibilidad con mis opiniones, aportar algo, o yo que sé, pensé que cumplía los requisitos por una vez, que con mis ingresos involuntarios, la historia familiar y personal y los diagnósticos llegué a creer incluso que podría formar parte del movimiento, de la revolución.
    Quienes se basan en certidumbres, siempre terminan decepcionados.

    ResponderEliminar
  14. Ok, pues ya nos veremos por el Patachin, y hablamos de la revolución.

    ResponderEliminar