El activismo en salud mental tiene muchas caras, y las voy descubriendo a medida que pasan los años.
Quizá lo mejor de toda esta aventura es aprender a comprender a las personas, pero sobre todo, creer en ellas, aún cuando a veces ellas no creen en si mismas, o no del todo. Los discursos psiquiátricos le han metido a muchas personas en la cabeza una cantidad indecente de límites que funcionan como una profecía autocumplida. Hay un tipo de límites que me molesta especialmente: los intelectuales. En nombre de proteger al "paciente" del estrés que pudiera "desencadenar una crisis", se les aboca a actividades de poca o nula exigencia intelectual, aún cuando la persona tenga un nivel formativo (previo al diagnóstico) alto o muy alto. En el fondo, da igual el nivel educativo previo, existen programas para incorporarse a la universidad a cualquier edad, y cualquier persona puede tener esa inquietud en algún momento de su vida, independientemente de su formación previa. En concreto, hace poco hablaba con un amigo, licenciado en filología, y al que el diagnóstico le pilló haciendo el doctorado. Me contaba que la psiquiatra le había dicho que si quería seguir estudiando, se orientase mejor hacia algo práctico, de menor exigencia intelectual, por aquello de "no estresarse", pero sobre todo, me contaba que esa psiquiatra le había transmitido desesperanza, lo que popularmente se llama "no dar un duro por ti".
Como he contado alguna vez por aquí, estudiar me sienta estupendamente, y no se me da mal. Que sobrevenga una "crisis" mientras se está estudiando puede implicar moderar el ritmo durante un tiempo, o incluso perder un curso escolar, pero nada más, y no de forma diferente a romperte una pierna a final de curso, y que el resultado sea el mismo. Pero de ahí a responsabilizar a la actividad académica de la crisis va un trecho.(Además, y ya poniéndome picajosa, no casa con el paradigma biologicista: si es tu cerebro, ¿cómo van a ser los estudios?) ¿Habrá algún oscuro interés social, económico o político, para que las personas con diagnósticos psiquiátricos no ocupen determinadas profesiones, determinados cargos? ¿Resultará más práctico, y mucho más rentable, que estén disponibles como reserva de trabajadores no cualificados, listos para encargarse de tareas de poca o nula cualificación profesional, equiparable al salario?
Evidentemente no a todo el mundo le gusta estudiar, y resulta tan digno ser jardinera como ser profesora, pero no deja de ser mosqueante que la proporción de personas con diagnósticos dedicadas a la jardinería, el catering o la limpieza sea abrumadoramente alta, y favorecida además por ser estas las actividades que suelen ofrecerse en las bolsas de "empleo protegido". Que no me digan a mi que no es un fenómeno estructural, y que no recuerda poderosamente al fenómeno, también estructural, de feminización de la pobreza. Tampoco me suena, ya que estamos, haber oído hablar de servicios de orientación laboral gestionados por personas con diagnósticos. Sé que entre las personas diagnosticadas hay licenciadxs en todo lo que nos podemos imaginar, pero de alguna forma, todo el mundo siente, una vez que ha sido "agraciado" con el pack diagnóstico+pastillas, que su vida ahora es otra, en todos los sentidos, que vale menos, que ya no podrá trabajar, que no está recicladx, que no debe estresarse.... Y los que logran sobreponerse a estas profecías autocumplidas, e incorporarse, o seguir incorporados, al mundo laboral ordinario, lo hacen a costa de ocultar su diagnóstico en ese ámbito, prevención totalmente comprensible, pero que por otra parte invisibiliza su presencia en estos ámbitos laborales "no protegidos".
Por otro lado, este panorama socio-laboral contrasta con el mantra de ciertas campañas "anti-estigma":
"El enfermo puede llevar una vida normal tomando la medicación".
¡¡Genial!! Entonces, ¿Es "normal" dejar tus estudios? ¿Es "normal" meterte a jardinero o ayudante de catering cuando tu profesión es ser matemáticx? ¿Es "normal" que la misma persona que te pone el diagnóstico y te receta las pastillas te disuada de tu vocación académica o laboral de un plumazo? ¿Hay una "normalidad" especialmente reservada para personas con diagnósticos que no se parece en nada a la "normalidad normal" del resto?
A finales del mes pasado, en Madrid, tuvieron lugar las Jornadas de Contrapsicología y Antipsiquiatría, en las que tuve el honor y el placer de ser invitada a charlar por L-Mental, el colectivo organizador. En ellas, Laura Martin, de La Revolución Delirante, comentaba que, si antes los muros que nos encerraban eran físicos, los muros del manicomio, actualmente son simbólicos: el diagnóstico. Porque, evidentemente, el diagnóstico no es una entidad física, sino ligüística, es solo una forma de nombrar, un acto performativo (porque te nombro con un diagnóstico, existes como diagnosticadx) Y sin embargo...¡¡cuanto poder!!, ¿no?
Entonces, una batalla posible es renombrarnos, a nosotrxs mismxs, con nuestras propias palabras. Renombrar lo que sentimos, lo que hacemos, lo que queremos hacer, lo que nos resulta fácil y lo que nos cuesta, pero sin perder de vista que, al nombrarnos como muros, nos encerramos en ellos.
Muy buenas. Y ante todo agradecerte que hagas este blog, disfruto y aprendo mucho leyendo las palabras que compartes.
ResponderEliminarYo tengo 33 años, y cuando era adolescente tuve una "crisis" bastante grande, desde entonces hasta hace dos años no tuve ninguna.. en la última tuve mas delirios y me costó mas "salir de ella", siempre he tenido la idea de estudiar psicología y me he lanzado a la piscina, me apunté a un curso para hacer las pruebas de acceso para mayores de 25 años y bueno, este curso entre unas cosas y otras ya no me da tiempo, pero el que viene, pues me pondré a ello, y quizás apruebe y pueda poco a poco sacarme la carrera.. Y me pregunto.. ¿y si digo que yo he estado loco alguna vez que otra a mis compañerxs de curro? ¿qué problema puede haber?, ¿de qué manera puede afectarme lo que me cuente la gente a crecer mis paranoias si tengo mas "crisis"? Pero bueno...yo pienso... quizás me afecte mas a mis paranoias el estar viendo pelis en casa, el leer libro de fantasías, lo que me cuente alguien que conozco... Y bien, las cosas que pasan, pues pasan para aprender.. y la experiencia de haber estado loco quizás me sirva para hablar con otra gente de una manera menos chocante que si no soy capaz de ponerme en lugar de la otra persona.
No sabía nada del encuentro de contra psicología y anti psiquiatría.. quizás estaría bien si lo pudieses anunciar en esta web... Me hubiese gustado ir..quizás el año que viene (si puedo ir no sea que me pille ajustado con los exámenes!)
Para mí una inspiración es Rufus May. El se hizo psicólogo después de tener una "crisis" y bueno, pues tan bien.
Un saludo gigante y mucha fuerza desde el mediterráneo!
Hola fuck abilify, bonito pseudónimo! Bienvenido por aquí, y estupendo lo que me cuentas, para mi Rufus May también es una inspiración.
ResponderEliminarVoy a intentar pensar sobre las preguntas que haces desde mis reflexiones y/o experiencia, porque muchas de ellas también me las hice yo en su momento:
- Hace dos años empecé un máster, y al principio sólo "salí del armario" con tres compañeras de clase, las de mi grupo de trabajo. Todo estupendo, acerté al hacerlo y solo encontré comprensión, ánimos e interés sincero por su parte. Más tarde, se lo dije a mi profesora, la que hoy es mi directora de tesis, y todo bien también. Ahí tuve mis dudas, pero me lancé, y salió bien.
- En cuanto a cómo puede afectar el contarlo a la hora de tener "delirios", pues ya te respondes tú, y muy bien por cierto. El delirio, como sabes, es un estado mental que se alimenta de todo tipo de cosas, es muy voraz y curioso. Para mi el tema no es tanto pensar que eso o lo otro es causa de delirio, sino estar siempre alerta para reconocer el estado delirante, si aparece, y a partir de ahí poner las herramientas que tengo para transitarlo de la forma menos traumática posible. Como de esto hablo mucho en el blog, no me pongo pesada ahora, pero es un poco lo que sugiere Rufus May
- La experiencia de haber estado loco tiene un valor incalculable si trabajas como psicólogo, o en la vida en general, para relacionarte con cualquier persona, precisamente por esa empatía que genera el conocer de primera mano experiencias fuera de la "normalidad" mental en la que nos quieren uniformar cada día más. Como esa "normalidad" es una ficción, pues al final todo el mundo rompe por algún sitio en cualquier momento, y ahí, en ese momento, las posibilidades de empatizar si tú también te has roto alguna vez son mucho mayores, evidentemente.
Y bueno, nada más, tomo nota de la idea de anunciar los encuentros en los que participo por aquí. Suelo hacerlo, de todas formas, en la página de facebook de Radio Prometea (Cuac Fm)
Un abrazo gigante, espero que te animes más veces a comentar, muy interesante lo que compartes, gracias. Y mucho ánimo, SIEMPRE, CON TODO LO QUE TE PROPONGAS.