Fiesta con mi gente, unas treinta personas, humor antipolíticamente correcto, comida, bebida, buenas noticias, buen humor.
En un momento dado surge el tema, una conocida, a la que hace años que no veo, ha tenido un brote psicótico y se ha intentado suicidar. Quien me lo cuenta, que nos conoce a las dos, empieza a reflexionar, en tiempo real, sobre el tabú, el desconocimiento, la falta de información, la falta de recursos para ayudar o intentarlo, la impotencia. Le cuento que pronto voy a la ciudad donde vive ella, que la voy a llamar, que le voy a contar mi vida si hace falta para que se quede tranquila, que el intento de suicidio suele ser, en la mayoría de los casos, un tocar fondo a partir del cual urge hacerse un replanteamiento serio sobre la psicosis, su significado y las posibilidades de reenfocarla. Medicaciones aparte (útiles sin duda en picos fuertes, por mera cuestión de supervivencia), hay vida después de la psicosis, mucha vida, siempre y cuando se le pierda el miedo a base de hablar con quien también la ha pasado, alguien de tu orilla además de los profesionales (también necesarios pero de forma menos absoluta que complementaria).
La psicosis acecha, qué duda cabe. Cuanto más oscurantismo, más fracaso. Cuanta mayor apertura, mayores probabilidades de cumplir el código deontológico. La fiesta terminó y me voy a dormir, buenas noches.
Ya veo que coincidimos en la noche. Cada una con la fiesta a su manera.
ResponderEliminarLo cierto es que desconozco los términos psiquíatricos, pero ganitas de desaparecer para siempre no me han faltado en determinados momentos. Lo que ocurre que han durado poco porque siempre habían cosas más urgentes que hacer en la vida, ya sabes: padres viejos, hijos pequeños, comer, educar, y soportar un marido horrible, hasta que todo saltó por los aires. Ja,ja, pero los niños ya eran mayores de edad y el otro recibió una buena patada donde todo el mundo dice. Los padres, caput. Un fuerte abrazo.
Me gusta más escuchar que hablar, leer que escribir. Sólo decirte que te leo y te sigo,y aprendo a escuchar y a leer de otra manera.
ResponderEliminarGracias por compartir tus experiencias, para mi son muy enriquecedoras.
Un abrazo.
Un abrazo a las dos, y gracias por estar por aquí, entre todos todo se lleva mejor.
ResponderEliminarAaaaaaamen¡¡¡.
ResponderEliminarSaludos
menos oscuridad y más coloooores, besazos!!!!
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