Perla extraña, irrupción de la vida,
guarda para la rima un participio,
no temas de la noche el precipicio
ni digas tu pasión mal merecida.
Busca del mundo imágenes oscuras
que puedan discurrir con tu lamento,
y no pierdas cuidado en sufrimiento
que mal competirá con tu locura.
No siendo ya enemiga, si la entiendes
habrá de concederte más ventura
que tanta normalidad despiadada
pues no es desolación, ni pena dura,
que aquello que nos cuenta, desvelada,
formas son de vivir, resplandecientes.
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