Diego Hurtado de Mendoza, un tipo renacentista al uso, fue amigo de Teresa de Jesús, con quien dice la wikipedia que mantenía conversaciones "piadosas". El adjetivo piadoso puede significar, además del obvio sentido religioso (pasando un poco del mismo en este contexto), "que siente o muestra pena y compasión por la desgracia o el
sufrimiento ajeno o que posee una tendencia natural a tener ese
sentimiento". Aquí el amigo Diego dejó unas estrofas interesantes, sobre asuntos pasionales que enfoca de una manera, digamos, bastante piadosa.
¿Quién entenderá
esto que aquí digo
que parecerá
que me contradigo?
...
¿Qué es de las promesas
de que persevera
que si faltan esas
no hay ley verdadera?
...
que si no se ofenden
de lo que me ofendo
o ellos no lo entienden
o yo no lo entiendo
...
También he gozado
yo de un mirar tierno
más hanme cansado
ansias del infierno
...
y aunque sé qué es
habla regalada,
del bien de después
no sé si sé nada
...
¡Qué breve alegría
¡Ojalá sí fuera!
Que quizá algún día
contento viviera
...
Ellos nunca ven
como yo bien veo
en medio del bien
rabiar el deseo
...
Yo sé a dónde llegan
encarecimientos
y dónde se ciegan
los entendimientos
...
Va y viene mi pensamiento
como el mar seguro y manso
¿Cuándo tendrá algún descanso
tan continuo movimiento?
Estos poetas renacentistas, siempre tan elegantes expresando contradicciones. Ese fluir acuático y musical del pensamiento, esa naturalidad tan de pico y pala, todos esos siglos flotando en el espacio-tiempo para que lleguen a entretenerme en noches anodinas como esta. Hay qué ver qué bonico es el arte...
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