La Estética de la Recepción analiza la respuesta del lector
ante los textos literarios; En esta escuela se hace especial hincapié en
el modo de recepción de los lectores, concebidos como un colectivo histórico.
Personalmente, y no sé si le pasa a más
personas, el mismo fragmento puede generarme sentimientos
y reflexiones muy distintas, incluso dispares, en cada lectura nueva.
No digamos si entre una lectura y la siguiente pasan años, y con ello,
historia(s). Puedo haber cambiado mis prioridades, mis reflexiones, mi
conocimiento del mundo, pueden haber cambiado mis actividades
principales, mis intereses, mi gusto literario, mi criterio ético, y así
hasta el infinito. Hasta puede que, a pesar de todos o de algunos de
esos cambios, ese pasaje siga haciéndome reaccionar de forma similar a
como lo hizo la primera vez.
Imaginemos por ejemplo
la reacción emocional de un hombre extremadamente celoso en una
representación teatral de Otelo, y comparémosla con la de una mujer, o
con la de un hombre apenas celoso.
La confusión entre realidad y ficción, a la que son más proclives lectores no familiarizados con la diversidad de códigos y convenciones literarias, se torna peligrosa cuando se atisba la inclusión de guiños
autobiográficos, reales o percibidos, en la materia prima literaria. Peligrosa porque las
interpretaciones acríticas que pueden hacerse de determinados pasajes o
metáforas pueden generar la sensación molesta, aunque no por ello menos ficticia, de vivir en Matrix, una
distopía virtual con reminiscencias neoplatónicas que pretende hacer
reflexionar sobre el dentro y el afuera. Dentro y fuera de un mundo, de
un pensamiento, de la propia capacidad para pensar en marcos amplios de
posibilidades. Desconocemos los efectos de Matrix sobre el conjunto de
espectadores, los matices serán tantos y tan desconocidos como ellos mismos lo sean.
¿Vamos a dejar de escribir por el riesgo de tales confusiones? Si lees, sabes la respuesta.
Se me cruza por la mente que entre estos dos polos hay un puente, que si no es un ejercicio simple de reflexión, entonces es poesía, un meta-pensamiento, que no una sensibilidad.
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