Ayer en el concierto de Sumrrá me dio por disfrutarlo. Pensaba en cómo los viajes de gira de los músicos se les habían metido en el cuerpo y en los instrumentos, y de qué manera grande y generosa los compartían con nosotros. Johanesburgo tuvo que ser espectacular, y las ciudades bolivianas les emocionaron, les llenaron de vida y de respeto y curiosidad por la selva y sus sonidos. Un verdadero placer que vuelvo a agradecerles desde aquí. Aprovecho para hacerles publicidad, entusiasta: "5 Journeys" se llama el último disco. A mí me va a alegrar la tarde volver a escucharles, en muy buena compañía. Vino, marisco sencillito, y lo que venga. La temperatura es perfecta.
(Pa mí que ya me merecía un buen verano, después de tanta adaptación al nuevo trabajo y tanta telenovela)
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