El madrigal, como género cancioneril (antes lo había sido poético) aparece en la década de 1520 en Italia como una respuesta
a la necesidad de musicar los versos del poeta del siglo XIV Petrarca y de sus imitadores, como Tasso, Ariosto o Miguel Ángel, entre otros.
La inmensa popularidad de adquirió el Cancionero de este
poeta en la primera mitad del siglo XVI obligó a los músicos a inventar
un estilo de canción que pudiese transmitir la profunda pasión amorosa
que emana de dicha obra. El resultado fue el madrigal, una forma musical compuesta para ser
cantada por varias voces – entre tres y siete -, en principio sin
acompañamiento, aunque en caso de faltar alguna de las voces ésta podía
ser sustituida por un laúd. Así, el madrigal está relacionado con el nacimiento de la polifonía.
(Fuente: músicaantigua.com)
La cantante y compositora italiana Barbara Strozzi
(1619-1677) es una de las figuras más interesantes de la música del
siglo XVII italiano. Nace en Venecia el 6 de agosto de 1619. Strozzi contribuirá, en su calidad de libretista, al
desarrollo de la ópera veneciana y sus textos serán
musicados, entre otros, por Monteverdi, Sacrati o Manelli.
El canon de la música clásica occidental es parco en mujeres. Cuando estas aparecen, sin embargo, su obra lleva el sello inconfundible de las adelantadas a su tiempo. Adelantadas no solo como mujeres que se dedican profesionalmente a la música (entre otras actividades), sino como compositoras que introducen novedades estilísticas y que, en palabras de un amigo, suenan sorprendentemente actuales. Supongo que esa actualidad emana de la mirada personalísima con que aquellas precursoras se enfrentaron a sus contemporáneos, al tener que relacionarse en ambientes donde su presencia resultaba algo extraordinario, y me atrevo a suponer no que no era siempre bienvenida.
Por otra parte, al calificarlas de "actuales", quizá se estuviera refiriendo al hecho de que la obra de estas mujeres trasciende el tono preceptivo de las modas de la época, para situarse ya en claves románticas o postrománticas. Quiere esto decir que viajan en el tiempo más allá de las convenciones que les fueron contemporáneas en lo que a expresión de sentimientos se refiere. Dicho de otra manera, consiguieron hacer de la expresión de sentimientos algo propio, con un toque significativamente distinto al de sus compañeros hombres. Me pregunto, por ejemplo, cómo se relaciona una, siendo mujer, con los tópicos literarios del amor cortés. Qué sucede, a nivel artístico, cuando se está del otro lado de la donna angelicatta, de la amante fría y distante que maneja a su antojo el corazón del poeta, o del otro lado del reproche permanente que se le dirige a quien, por otra parte, se le considera poco más que un bello objeto al servicio de las fantasías del poeta correspondiente.
Esto, más o menos, es lo que puede suceder:
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